Lleva una semanita intensa Luis Fernández-Vega (Oviedo, 1952). Pero ayer por fin llegó la calma: se fue de paseo con su mujer por la mañana, ejerció de abuelo por la tarde, le dio a la lectura y se instaló en una calma reflexiva. Porque ... después de la última edición de los Premios Princesa de Asturias, toca hacer balance y mirar adelante.
-¿Apetece descanso?
-Fueron días de paliza, de estar desde las ocho de la mañana hasta a la una, y yo seguí con mi trabajo habitual en la clínica y el hospital. Pero es que además me gusta ir a última hora hasta la Fábrica, para ver cómo van las actividades, participar en ellas.
-¿Qué sensación tiene el día después de lo que ha pasado?
-Estamos contentos por muchos motivos. Porque hemos retomado una cierta normalidad, aunque hubo control de aforos, siguiendo las directrices sanitarias incluso por encima de lo que nos pedían para que no hubiese problemas, porque para nosotros lo primordial es la salud y queremos volver a la senda normal en cuanto sea posible. Se celebró la ceremonia y la gente la disfrutó, tanto quienes estuvieron en el teatro como los que lo vieron por la televisión. Los premiados quedaron satisfechos y la Familia Real, que hizo unos discursos estupendos, también. Y después en el Pueblo Ejemplar nos acompañó el tiempo. Es un lugar precioso y los vecinos estaban encantados.
-¿El gran momento que pasará a la historia es la ovación a los investigadores de las vacunas de la covid?
-Yo creo que sí. Imaginábamos que iba a ocurrir algo así, los inmunólogos e investigadores nos han salvado a todos de esta terrible catástrofe y eso fue reconocido por el público. Ese aplauso con la gente en pie de más de tres minutos fue impresionante. No recuerdo en mis años, no solo de presidente, sino antes, como espectador o jurado, algo así. Fue muy emocionante, yo no podía ver bien a toda la gente desde donde estaba, pero mis hijos me contaron que hubo personas que lloraron.
-Usted, que es médico, ¿cómo lo vivió rodeado de la Familia Real?
-Con mucha emoción. Miraba de reojo al Rey y a la Reina y sus hijas, que también estaban aplaudiendo ese reconocimiento. Es fácil que un cantante salga a cantar y se le aplauda mucho tiempo, pero a un investigador, no tanto, de modo que en esta ocasión fue verdaderamente impresionante.
-¿Qué más momentos se le han quedado en la retina?
-Recuerdo cuando habló Teresa Perales, que hizo un discurso muy directo, y reconociendo cómo la habían ayudado sobre todo su familia, y su madre especialmente, para llegar a donde llegó. Fueron palabras sencillas, sentidas y directas, y la gente lo reconoció. José Andrés, lo mismo. Toda la gente que ayuda a los demás se merece un aplauso. Aquí lo que buscamos es la excelencia, en cualquiera de las facetas, en la cultura, en la investigación, en las letras, en todo. Lo que buscan los jurados y promueve la Fundación es eso y se ha conseguido. A unos les gustará más un premio u otro, a otros, pero nuestro fin es impregnar a todas la capas, gustos y sensibilidades.
-El tercer año con la Princesa Leonor en el escenario. ¿Cómo la ha visto?
-Se la ve madurar progresivamente. Va a hacer 16 años y está más asentada en su misión. Está muy contenta de estar en el colegio en Gales, conviviendo con cuatro niñas en la habitación, viendo lo que es el mundo real, empapándose totalmente de él. Hemos visto con qué aplomo dijo sus palabras en el Campoamor. Y no es fácil. Yo estoy acostumbrado a hablar en público y cuando llegas allí te impone.
-¿Qué le pareció el discurso del Rey?
-Es el más importante que hace a lo largo del año junto al de Navidad. Lo que quiere es la convivencia en paz de todo el mundo, que haya cada vez menos diferencias en cuanto a las desigualdades. Su lucha es mantener los equilibrios dentro de la sociedad y el país.
-¿Qué me dice de los antisatánicos protestando contra Marina Abramovic?
-Es una cosa que no tiene ningún sentido, era por una 'perfomance' de los 80. Eran cuatro, pero hay opiniones para todos los gustos y cada uno tiene la libertad de manifestarse, así que me parece muy bien.
-¿Cómo ha visto la participación del público en las actividades de la Semana de los Premios?
-La gente estuvo contenta, los actos llenos, se acabaron en poco tiempo las entradas... Se impregnó a la sociedad en Gijón, Avilés, Mieres, Riaño. El otro día le comentaba a alguien: sí, los Nobel son unos grandes premios, son magníficos, pero los nuestros tienen más calado en la sociedad. La gente por las calles reconoce a los premiados, les saluda, les aplaude. Los premiados están encantados de estar aquí.
-¿Qué pasará esta semana que empieza?
-Toca analizar todo lo que ha ocurrido, vamos a mirar por el retrovisor para ver lo que se ha mejorado y lo que es mejorable. Todo es mejorable siempre.
-Cuéntenos alguna pequeña historia vivida que le ha dejado huella de esta edición.
-Katalin Karikó, la investigadora del ARN mensajero, me estuvo explicando cómo ella, con su educación soviética, lo único en lo que pensó en toda su vida fue en trabajar. De hecho, solo piensa en seguir trabajando para ver qué más aportaciones puede hacer a la ciencia. Me contaba que nunca había salido de EE UU, que no conocía España, porque nunca tenía tiempo. También recuerdo una charla con Marina Abramovic, que conoce bien Asturias porque ha estado tres o cuatro veces aquí.
-Se vio a la Reina con ganas de hablar con Gloria Steinem.
-Estaba muy contenta con los premiados, y con Gloria Steinem sobre manera, es una gran mujer. Doña Letizia estaba feliz de poder tener una conversación con ella y, de hecho, la tuvo.
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