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M. F. ANTUÑA
GIJÓN.
Miércoles, 24 de mayo 2023, 01:42
Nació en Barcelona, pero tiene mucho de asturiana esta mujer de nombre francés e intereses políglotas que miran a oriente. Anne-Hélène Suárez Girard, sinóloga y traductora, es además hija de un asturiano ilustre, el cineasta y escritor Gonzalo Suárez, que sigue escribiendo y muy activo. Ayer se estrenaba como jurado de los Premios Princesa de Asturias.
-Poco considerada parece estar la literatura china en España.
-No ha estado nunca, ahora lo está mas. Es una literatura que aquí es muy mal conocida, también es verdad que todo lo que se traduce del chino, ahora que se traduce directamente, está muy supeditado a lo que previamente se ha traducido en países francófonos y anglófonos, con lo cual España sigue siendo muy tributaria, vasalla, de esas culturas más potentes, más cosmopolitas y de las cuales bebe mucho el mundo editorial español. Y eso es una lástima. También es verdad que aquí no hay una sinología realmente. Hay esfuerzos individuales y es muy difícil llegar a tener una influencia en el mundo editorial cuando se trabaja solo. Sí que hay estudios de Chino en las universidades, y de traducción, pero no son realmente sinológicos de lengua y civilización china, como sí hay en Francia e Inglaterra y prácticamente en todos los países europeos excepto aquí. Eso hace que el paso a la independencia respecto a lo publicado en otros países sea lento.
-¿Por qué debemos abrir esa ventana a la literatura china?
-Porque hay escritores chinos excelentes. Y aunque no fuera así, en el mundo supuestamente globalizado deberíamos conocer todas las literaturas sin que ello dependiera de consideraciones comerciales que son las que lo pudren todo, que impiden que se conozcan autores de gran valía y en cambio te hacen conocer, porque está de moda o porque está prohibido en China y eso tiene morbo, otros que igual no son tan interesantes. Además, la manera de traducirse al inglés, que transforma los textos a algo muy plano, se reproduce al castellano o las lenguas peninsulares y transforma el estilo particular de los autores chinos, de tal manera que a veces da la sensación que todos escriben igual. Hay mucho impedimento para que el lector español acceda a la literatura china. Y tampoco hay promoción, con lo cual da igual que se publiquen.
-Tampoco se conoce lo que significa una buena traducción.
-No. Es además una tarea muy solitaria y eso a veces pesa mucho, con lo cual estas ocasiones, como ser jurado de los Premios Princesa, dan oportunidad de hablar de la traducción, porque si no pasa completamente inadvertida y, sin embargo, es esencial. No estarían aquí los candidatos que están sino fuera por la tarea de los traductores. Es una labor que siempre queda un poco ninguneada.
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