Peter Greenberg. Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2023
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Peter Greenberg. Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2023
«Trabajar en un laboratorio es como intentar resolver acertijos»M. F. ANTUÑA
GIJÓN.
Jueves, 12 de octubre 2023, 01:18
Anda nervioso Peter Greenberg, que confiesa desde Estados Unidos, en vísperas de volar a España, que se ha comprado traje nuevo para la ocasión, que irá de estreno al Campoamor. El microbiólogo de la Universidad de Washington tiene un premio que recoger, el de Investigación ... Científica y Técnica, por sus trabajos sobre la comunicación de las bacterias. Con él, Jeffrey Gordon y Bonnie L. Bassler.
-¿Recuerda cuándo decidió que la biología iba a ser su vida, cuándo nació su vocación científica?
-Yo era un colegial adolescente con poco interés en cualquier asunto académico. Hice una excursión que me permitió escapar del aula por un día. Fuimos a la orilla del mar para investigar las criaturas en la zona intermareal. En ese momento decidí que estaba lo suficientemente interesado en la biología como para prestar atención al menos en esa clase. En la universidad planeé ser biólogo marino hasta que conocí el mundo de los microbios. Eso me decidió a estudiar microbiología marina en la escuela de posgrado. Siempre seguí adelante persiguiendo una pasión, que me llevó a un curso especial de verano en los laboratorios de biología marina en Woods Hole, Massachusetts, sobre ecología microbiana marina. Allí aprendí sobre las bacterias marinas que producían una misteriosa luz azul y cómo lo hacían solo cuando alcanzaban densidades de población suficientes. Tuve que trabajar sobre eso. Mi grupo participó en desentrañar el mecanismo de comunicación utilizado por estas bacterias para detectar la abundancia de sus parientes en un entorno local.
-¿Cuáles son las cualidades necesarias para dedicarse a la investigación?
-La palabra que sigue apareciendo siempre es pasión. Tienes que ser lo suficientemente inteligente, pero hay mucha gente inteligente.
-Imagino que en un laboratorio hay momentos bonitos y otros frustrantes. ¿Cómo se enfrentan? ¿Cómo conviven?
-Trabajar en el laboratorio y trabajar con otras personas en el laboratorio es como intentar resolver acertijos. Intentas cosas, no funcionan. No es lo que pensabas y entonces pruebas otras maneras. Finalmente, encuentras la pieza correcta y luego pasas a la siguiente. Lo curioso es que no me gusta hacer rompecabezas, de esos que se hacen en la mesa de la cocina, porque lo encuentro demasiado frustrante. La recompensa es simplemente poner las piezas en su lugar. Sin embargo, en el laboratorio, cuando algo sale bien es como saber por un momento algo que nadie más en el mundo sabe y luego puedes contárselo al menos a las personas que también están interesadas en ello. Pero es que, además, no sabes adónde te llevará, mientras que el rompecabezas en casa termina pareciéndose a la tapa de la caja en la que venía. El comienzo de mi enigma condujo a la detección de quórum ('quorum sensing') y a un cambio en la forma en que los biólogos piensan sobre las bacterias.
-Detección de quorum. ¿Cuánto trabajo, horas, alegrías y decepciones hay para llegar ahí?
-Los primeros días, cuando todavía estaba aprendiendo mi oficio, no era tan eficiente y las horas podían ser largas. Mi primera estudiante de doctorado, Marie, vino al laboratorio con dos hijos. Fue una excelente estudiante y me enseñó a ser eficiente. Esto fue algo bueno porque nuestro primer hijo tenía una enfermedad genética terrible, la fibrosis quística, y yo necesitaba ser muy organizado para combinar mi carrera con sus necesidades. El truco fue no perder el tiempo en cosas sin importancia para la investigación y mi familia. El ejemplo que me gusta dar es que dejé de enviar tarjetas de Navidad. Siento algo de culpa por ello pero creo que quienes me conocen lo entienden. Por supuesto que he borrado las decepciones de mi memoria, pero ha habido algunas. La alegría especial para mí ha sido asesorar a jóvenes científicos que tienen esa pasión y ayudarlos a refinar y finalizar los descubrimientos que mi laboratorio les permitió realizar.
-Aún queda mucho por hacer. ¿Qué le deparará el futuro a su investigación? ¿Qué sigue?
-Hasta que me jubile, mi grupo de investigación, relativamente pequeño, continuará nuestra búsqueda para generar conocimientos fundamentales sobre la comunicación bacteriana. Las preguntas esenciales son ¿quién, qué, cómo, cuándo, dónde y por qué? Las respuestas a estas preguntas proporcionan conocimientos fundamentales para quienes intentan aprovechar la detección de quorum en beneficio del hombre.
-Trabaja en EE UU, ¿qué diferencias advierte con la investigación en Europa?
-No veo tanta diferencia entre Europa y Estados Unidos, pero no soy la persona idónea para responder este tipo de preguntas, porque es a ellas a las que decidí no dedicar mucho tiempo de reflexión. Quizá sea el momento de hacerlo ahora que estoy llegando al ocaso de mi carrera.
-¿Cuál es, en su opinión, el sistema perfecto para hacer una buena investigación?
-¿Perfección? No tengo una respuesta. Mi enfoque ha sido encontrar algo que me parezca fascinante y en lo que otras cien personas inteligentes no estén trabajando, y empezar. Así fue como comencé a trabajar en lo que ahora llamamos detección de quorum y en lo que he trabajado desde entonces. Siempre he adoptado el enfoque clásico: formular una hipótesis, diseñar un experimento que pueda refutarla y ver si la hipótesis se sostiene. Si me equivoco, descarto la hipótesis. Por lo general, la respuesta no es tan clara y es necesario modificar la hipótesis y probar una nueva. Yo mismo he evitado las grandes preguntas que no tienen suficiente tecnología para responder con claridad, pero entiendo que otros que intentan precisar respuestas a grandes preguntas están haciendo un trabajo muy valioso incluso si solo obtienen números aproximados.
-¿Cómo afronta el viaje a España? ¿Viene con ganas, nervios?
-Sí, tanta ilusión como nervios. Tengo muchas ganas de reunirme con mis colegas galardonados en ciencia y tecnología, a quienes conozco desde hace mucho tiempo. Estoy asombrado por los premiados en otras áreas. ¡Dios mío! Meryl Streep, Eliud Kipchoge, Haruki Murakami... Son personas muy famosas y obviamente, talentosas. Y, por supuesto, conocer a la realeza. ¿Cómo podría no estar entusiasmado y nervioso al mismo tiempo? Tengo muchas ganas de conocer a todos los galardonados, la mayoría de los cuales han tenido un impacto mucho más directo en la humanidad que yo. La semana en Asturias será fascinante y diferente a las asociadas a cualquier otro premio que se me haya presentado. En realidad, responderle me ha centrado y me ha emocionado y preparado para el viaje. Para su información: ¡Tengo un traje nuevo para la ocasión!
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