«Gracias en nombre de los niños»

Aquel viaje le cambió la vida. Tanto que, después de él, vinieron veintidós más para cargar una y otra vez su coche de productos. Fue tanta su implicación con Bosnia que hasta vendió su casa para poder dedicarse por completo a la ayuda humanitaria y, además, abandonó definitivamente su trabajo para fundar su primera ONG, la Scottish International Relief, conocida como la SIR.

Poco tiempo después de esos primeros pasos, conoció a Julie, una enfermera con sus mismos ideales. Ella se convirtió en la primera voluntaria con la que contó para entregar ayuda de emergencia y, además, encajaban a la perfección. Tanto, que Julie se comprometió con la asociación y también con su fundador: se casaron y, actualmente, son padres de siete hijos.

Juntos siguieron adelante con su labor, hasta el año 2002, cuando un viaje a Malawi les hizo dar un paso de gigante para ellos y para el mundo entero. En este país africano, Magnus se dio cuenta de que su ONG tenía que conseguir que los niños hambrientos fueran a la escuela. Para ello, fundó Mary's Meals, una asociación que alimenta a los estudiantes todos los días lectivos del curso. Y lo hace gracias a distintas personas que compartían su idea y a algunas de las comunidades más pobres del mundo, que tienen también el claro objetivo de convencer a los niños de que ellos son importantes.

Ahora mismo, esta organización benéfica trabaja en dieciocho países con casi dos millones y medio de niños alimentándose gracias a ellos. Al frente de ella, continúa Magnus, quien fue galardonado en el año 2010 como héroe de la CNN y, en abril de 2015, fue nombrado una de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista 'Time'. Además, es autor de los libros 'El cobertizo que alimentó a más de un millón de niños' y 'La caridad y el arte de vivir con generosidad'.

Ayer un nuevo galardón se sumaba a su palmarés, el Princesa de Asturias de la Concordia, y Magnus no podía disimular su ilusión y daba las gracias al jurado «en nombre de los niños». Según prometía, tanto él como todo el equipo que lo rodea se sentían «profundamente honrados y agradecidos de haber sido elegidos para este premio tan prestigioso» que recogerán en octubre en Oviedo.

Hasta aquí vendrán «en nombre de todas aquellas personas que están trabajando con Mary's Meals en todo el mundo, para garantizar que todos los niños puedan recibir una comida diaria en su centro de educación», apuntaba. Él tenía claro que el reconocimiento es de todos ellos y también de las miles de personas que vienen en la pobreza y que «ofrecen cada día su tiempo como regalo para cocinar y servir a los niños hambrientos de sus comunidades».

A sus 55 años, a Magnus todavía le quedan muchos reconocimientos por conseguir y, lo más importante, aún tiene muchas ganas de seguir trabajando y de seguir peleando porque ningún niño del mundo sea menos que otro.