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Dormir o no dormir. Esa sería la cuestión al modo shakespeariano. O una de las muchas que salen a escena en 'La gran cacería, un monólogo acompañado de danza que ya había visto la luz en otros escenarios pero que ayer nos reveló a Juan Mayorga, su autor y Princesa de las Letras 2022, como actor. Un intérprete solvente –un monólogo lo exige– que conoce a fondo el texto, el personaje que salió de su cabeza y de su vida, de sus dudas, de sus idas y sus vueltas, de esa mente matemática privilegiada capaz de hilar mil temas para provocar una profunda reflexión sobre el ser humano que es aquí amplia y conmovedora, también confusa, porque en cierta manera juega al thriller, obliga al espectador a componer el puzle, a crear en su propia cabeza el juego de historias engarzadas que plantea.
Es el texto de Mayorga un cruce de caminos entre el viaje físico, el metafórico y hasta el metafísico, más en el tiempo que en el espacio real, que efectivamente existe y se ubica en el Mediterráneo al que mira en todo momento. Es un periplo misterioso y único de palabras cosidas entre el hoy y el ayer, entre el arte y la zoología o la botánica, entre la literatura y el pensamiento… Es un camino de preguntas sin respuestas a través del viaje en barco de un hombre desde Sicilia hacia el continente que no puede dormir y en su insomnio busca en el periplo de Goethe por la isla italiana, se adentra en lo que ocultan los mosaicos de la catedral de Monreale, o escarba en la travesía de Noé con sus parejas de animales en su arca. Todo conduce al pensamiento, a planteamientos complejos y dolorosos, a nosotros mismos.
El título de esta pieza, que se estrenó el pasado año en el Festival de Teatro de Otoño de Madrid con el actor inglés Will Keen como protagonista, proviene de una obra de arte, de unos mosaicos de la villa romana de Casale. Esas estampas que adornan el suelo conducen a la caza de animales en Asia y África que debían llegar vivos para acudir a los anfiteatros romanos. Esa narración en teselas tiene un hombre de rostro amable que golpea a esos animales y en él subyacen más dudas. Y su lugar, Sicilia, no deja de conducir al hoy que una mujer de la isla apunta al enfocar al terror en el que se ha convertido el Mediterráneo. «Todos vienen aquí», clama ella o al menos eso rememora el hombre insomne que sostiene que «hablar con un hijo es lo más difícil del mundo», que se pregunta una y mil veces «¿quién puede dormir hoy en día dos días seguidos?», si es posible «relacionarse con las cosas sin ninguna intención» y que suelta frases demoledoras como que «el látigo todo el mundo lo entiende». No es un camino fácil, con tigres y osos interrogando a humanos en simulacros de catástrofe a bordo de un barco, con un camionero alemán, una mujer que teme morir y le envía una carta al padre y todo en un Mediterráneo, el Mare Nostrum de los romanos, «cuyo fondo está lleno de animales bellísimos».
Belleza también derrochó la intervención de la bailarina y coreógrafa Luz Arcas, Premio Nacional de Danza 2024, quien visualizó con su cuerpo todo lo dicho y que fue precisamente quien dirigió la interpretación del dramaturgo Princesa de Asturias de las Letras 2022.
El público que llenó la Nave de Cañones de la Fábrica de Armas de Oviedo aplaudió a ambos tras algo más de una hora de escena. Mayorga se dejó querer con la larga ovación y se dejó interrogar por todas esas personas que, seguramente, se fueron con el sueño perturbado y el alma dolida tras 'La gran cacería'.
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