Secciones
Servicios
Destacamos
ESTEFANÍA D. CARRUÉBANO
GIJÓN.
Sábado, 23 de octubre 2021, 02:49
«¡Quien me iba a decir en 1995 cuando oí las palabras 'no vas a volver a andar' que el camino que iba a recorrer con mi silla me iba a llevar hasta aquí!»: así comenzó su discurso ayer Teresa Perales, galardonada con el premio Princesa de Asturias de los Deportes. La vida de esta nadadora paraolímpica cambió radicalmente cuando, con apenas 19 años, le detectaron una neuropatía que le impedía el movimiento de las piernas.
Su mensaje fue de ánimo, de fuerza y, sobre todo, de altavoz. Unas palabras para decirles a «los niños y a los no tan niños que no hay que esperar a que alguien nos diga lo que va a pasar o lo que debemos hacer. Hay que pensarlo o soñarlo. Decidir tú lo que quieres e ir a por ello. Con decisión», añadió con emoción. Y que los obstáculos «no te impidan intentarlo», dijo. «Así, aunque el destino sea distinto al imaginado, el viaje habrá merecido la pena», asumió.
Noticia Relacionada
Por eso decidió contar lo que le ocurrió con una vecina al poco de saber que no volvería a andar. «Se volvió a mi madre y, como si yo no existiera, le dijo: 'Pobrecita niña ¿qué le ha pasado?'. En un segundo y una mirada, había dejado de ser la niña del tercero para ser la 'pobrecita hija de Sebi'», explicó. Pero no la culpó por ello en sus palabras ante los Reyes, si no que alabó el apoyo que siempre recibió de su madre. «Para nosotras, la vida simplemente continuaba por un camino distinto al previsto. Mi madre Sebi siempre tuvo la certeza de que tenía un sitio al que llegar», recordó. Pero siempre estando a su lado.
Le otorgó gran parte de su éxito a ella, a su madre. «Le faltaba tiempo para ir a comprar un chaleco salvavidas y, literalmente, tirarnos a la piscina», rememoró. Ahora, ha recibido el Premio Princesa de Asturias al Deporte. «¡Quién iba a decirme entonces que seguiría nadando 24 años después y que iba a ganar 27 medallas paralímpicas!», exclamó.
No solo quiso recordar su historia, sino también mostrar que todo es posible si nadie te corta las alas. A ella su madre nunca le dijo «no puedes, no debes, no sigas, no lo lograrás», apuntó. Y ese también es parte de su éxito.
Sabe que ahora el mundo ya no es el mismo que en 1995. Que las cosas han cambiado. «En el caso de la dispacidad, para bien. La mirada de la vecina probablemente ya no sea la misma», celebró. «Hay más portales accesibles, menos comercios con escaleras en la puerta, incluso una ley de la dependencia», pero «hay que seguir mejorando», sentenció.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.