AZAHARA VILLACORTA
OVIEDO.
Jueves, 17 de junio 2021, 04:12
«Que ninguna niña se quede atrás». Ese fue el deseo expresado ayer desde Cambridge (Reino Unido) por Lucy Lake, directora general de Camfed (Campaign for Female Education), la ONG que se alzó con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2021 ... , el sexto de los galardones de esta edición, al que optaban 29 candidaturas de 16 nacionalidades.
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Presidido por el exministro de Educación Gustavo Suárez Pertierra y reunido telemáticamente, el jurado acordó conceder el Princesa de Cooperación a esta organización no gubernamental internacional -una candidatura propuesta por Julia Gillard, exprimera ministra de Australia- que «contribuye, desde hace más de dos décadas, a la transformación social para solventar la exclusión y facilitar el acceso de millones de niñas a la educación y el empoderamiento de mujeres jóvenes en el África subsahariana».
Porque, según consta en el acta, «su labor, basada en un modelo de apoyo continuado desde la infancia a la vida adulta y en una red de solidaridad y ayuda intergeneracional, ha impulsado un cambio sistémico que se sustenta en los pilares de equidad y justicia social y apuesta por el liderazgo de las mujeres». Una decisión en la que el jurado también tuvo en cuenta «la metodología con la que Camfed trabaja, atendiendo a criterios de sostenibilidad ambiental».
Y es que, desde su creación por la empresaria y filántropa galesa Ann Cotton, allá por 1993, esta entidad -que funciona como un consorcio internacional de nueve entidades en África, Australia, Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido- lucha a brazo partido por un mundo más justo en el que ellas sean el motor del cambio. Una alianza con más de 330 empleados y cerca de 150.000 voluntarios que realizan trabajos de campo en Zimbabue, Ghana, Malaui, Tanzania y Zambia y actúan en más de 160 comunidades mejorando las condiciones de vida de más de cinco millones de niñas y niños.
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En asociación con mecenas y comunidades rurales, y a través del liderazgo de la asociación Camfed o CAMA (por sus siglas en inglés) -organización creada en 1998 por las primeras cuatrocientas beneficiarias de la Campaign for Female Education-, desde sus filas impulsan esa transformación social profunda, sustentada en cuatro pilares: equidad y justicia social (con la educación como un derecho humano fundamental que no debe ser negado a niñas y mujeres), desarrollo económico (reinversión en comunidades desfavorecidas), liderazgo femenino (cambio de normas socioculturales, protección y empoderamiento de niñas marginadas) y acción contra el cambio climático (transición hacia prácticas respetuosas con el clima y reducción de futuras emisiones de carbono).
Aunque la principal característica que hace destacar a Camfed frente a otras organizaciones de similar perfil es el desarrollo de un modelo revolucionario que no solo provee acceso a la educación de niñas excluidas, sino que también las apoya en la transición hacia la vida adulta y estimula nuevas oportunidades empresariales para la creación de empleo y el incremento de ingresos en zonas rurales. Oportunidades llamadas a multiplicarse exponencialmente, porque, gracias a CAMA y a su red de más de 157.000 exalumnas, el número de beneficiarias sigue creciendo, ya que cada una de las exbecarias patrocina y apoya en sus estudios a unas tres niñas de media.
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Y, entre sus proyectos, destacan el Learner Guide Program y el Agriculture Guide Program, que tienen entre sus objetivos formar a los pequeños agricultores en técnicas sostenibles para frenar el cambio climático y mejorar las cosechas, proporcionar comidas escolares nutritivas, proteger la biodiversidad e incorporar tecnologías indígenas e innovadoras para reducir la contaminación.
Una lucha sin cuartel que no tiene intención de detenerse y que ahora recibe un nuevo impulso, porque la ONG ha declarado su compromiso, para el periodo 2021-2025, de proveer de educación primaria y secundaria a otros cinco millones de niñas, habilitar una vía segura de búsqueda de formación profesional y empleo para 280.000 mujeres, y apoyar a las emprendedoras en la creación de otros 150.000 puestos de trabajo.
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Acostumbrada a recibir reconocimientos, su directora general aseguró ayer que todos los que la hacen posible se sienten «honrados de recibir este prestigioso Premio». Un galardón que, además, «llega en un momento muy importante en el que la educación de tantas niñas se ve amenazada por esta pandemia. Las mujeres jóvenes de nuestra red por toda África están asumiendo el reto de forma extraordinaria para salvaguardar el bienestar y la educación de millones de niñas, y estamos encantados de que el Premio Princesa de Asturias destaque su liderazgo para garantizar que ninguna niña se quede atrás».
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