José Andrés, Premio Princesa de Asturias de la Concordia: «Asturias tiene que creérselo»

-¿Cómo se ve Asturias desde la gran potencia estadounidense?

-Veo una Asturias sincera, cariñosa, consecuente con sus posibilidades... Pero somos una Asturias rural y no escuchamos al campo. Y veo a una Asturias que tiene que creérselo. Hay que estar orgulloso de saber escanciar y de que, a veces, salpiques el suelu. Está bien que las madreñas se te llenen de barro... pero también hay que ver el potencial que tenemos. En este momento de avances tecnológicos, Asturias es un maravilloso campo de pruebas para ver cómo podemos pasar del pasado, que ha sido la minería, a las nuevas tecnologías, las energías verdes... Yo veo a Asturias bien. Tenemos grandes empresarios, gente con ganas de trabajar... No podemos estar con discursos de unos en contra de otros.

-Sus amigos de derechas dicen que es de izquierdas y los de izquierdas, que de derechas... Filántropo y empresario con treinta restaurantes... ¿Dónde se sitúa usted exactamente?

-Por supuesto que hay que luchar por todos los trabajadores y porque tengan un salario digno y unas prestaciones, pero no podemos tener partidos y líderes que vilipendien al que también genera riqueza. Aquí los empresarios son tan importantes como los trabajadores y los trabajadores, como los empresarios, y la mayoría están al frente de pequeñas empresas. Y, por lo tanto, lo que hay que hacer es potenciarlos a todos. Al final, este debe ser un ecosistema en el que todo el mundo gane. Esa es la única forma de crear riqueza. Eso e invertir en cosas que realmente la pueden crear: en educación, en formación, en adaptarse a las nuevas tecnologías... No puedes esperar veinte años en empezar a capacitar en lo que ya se sabe que es presente. No puedes seguir invirtiendo en profesiones del pasado que no conducen a ningún lugar.

-Ha dicho que nuestros líderes no están a la altura e incluso se ofreció a mediar entre Pedro Sánchez y Pablo Casado. ¿En qué quedó aquello?

-La política no puede ser 'Juego de tronos'. Eso está muy bien para las series televisivas, pero la política tiene que ser mucho más: queremos consenso, pragmatismo. Por ejemplo: ¿Cómo es posible que yo ya no sepa lo que se estudia en España?, ¿cómo es posible que cada vez que llega un partido nuevo al poder te cambien el sistema educativo?, ¿por qué, en lugar de invertir en cambios continuos, no se invierte en una mejora de lo que existe? Por supuesto que hay distintos puntos de vista y es bueno que los haya, pero esto no puede ser blanco y negro. Lo que hay que hacer es aunar puntos de vista y buscar políticas con las que la mayoría de la gente se beneficie, pero este es un momento complicado en el que lo que se vende es: «El que no piensa como tú es tu enemigo».

-Hablando de puntos de vista, le he escuchado varias palabras en asturiano, así que le voy a poner en un aprieto: ¿Oficialidad sí o no?

-Soy el Premio de la Concordia, no me voy a meter en líos desde el principio (Ríe). Yo creo que hay espacio para todos, pero hay que ser lógicos. El español es una de las grandes lenguas del mundo y debemos crear un mundo donde todo tenga cabida. Que está muy bien que se quiera potenciar el catalán, el vasco, el galego y el asturiano, pero no a costa del idioma que realmente va a dar salida a mucha gente. Yo diría: vamos a enseñar varios idiomas, que es lo más maravilloso. Que todo el mundo tenga que estudiar español, inglés y la lengua local me parece genial, pero que no lleguemos a extremos donde si no hablas una lengua que no te va a abrir muchas puertas en el mundo no puedas conseguir un puesto de trabajo. Eso no tiene ninguna lógica. Por lo tanto, vamos a apoyar a aquellos que piensen que el asturiano debe tener su lugar en Asturias, pero que no vaya luego en detrimento del español.