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«Los tres autores españoles que han pasado por Magnum a lo largo de su historia eran mujeres y eso es especialmente significativo», lanzaba ayer en una rueda de prensa en el Hotel de la Reconquista Cristina de Middel, la presidenta de la agencia galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia. Se enorgullecía de ese dato porque su arte, la fotografía, «ha sido en todo el mundo muy masculino y ha estado muy relacionado con la testosterona».
A su lado, la fotógrafa Olivia Arthur secundaba sus palabras y hacía hincapié en que esa cifra de tres fotógrafos de nuestro país «no es un número pequeño porque hay muchas naciones peor representadas».
Sean de donde sean los fotógrafos de la agencia, todos tienen por delante el desafío de la inteligencia artificial, últimamente omnipresente. «La IA es una amenaza directa que seguro que va a tener un impacto en Magnum, en la fotografía y en la sociedad general», apuntaba De Middel, al tiempo que desvelaba que es «una oportunidad porque nuestra agencia se asienta en el rigor y en una manera de trabajar totalmente distinta a la que ofrece la IA». Igualmente, antes de llegar a esa oportunidad que ella vislumbra habrá «muchas curvas».
Las irán sorteando y seguirán «contando historias con las que identificarse», tal y como señalaba Arthur, para quien lo suyo no es solo «crear imágenes». Van más allá en medio de esta «revolución visual» que estamos viviendo y que no supone un peligro para el fotoperiodismo. «No todo el mundo que hace fotos tiene la capacidad de ser un narrador visual», decía y deseaba que «la gente aprenda a leer imágenes».
Comparaban su lenguaje con la escritura: «Cualquiera sabe escribir una palabra, pero no contar historias», indicaba el fotógrafo Thomas Dworzak. Además, él recordaba que en Magnum no son «propietarios de la verdad», sino que su papel fue y es el de «estimular a la gente para que piensen, para que se cuestionen las cosas», convencido de que «no hay ninguna varita mágica para reflejar la verdad».
Cada uno tiene sus propios trucos y «no todo tiene que ver con la verdad», la imagen puede tener más que ver «con algo que quieres decir personalmente», incidía Arthur. «Todo el mundo tiene distintas ideas de cuál es la mejor forma de contar una historia», añadía.
Y, aunque esta agencia pueda parecer intocable, «hay muchas veces en las que abre sus puertas para que una persona normal pueda tener un libro o una copia firmada» por un precio accesible a cualquier bolsillo.
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