James Nachtwey, esta mañana, durante una rueda de prensa.

«Las personas deben conocer los problemas que existen en el mundo para poder solucionarlos»

James Nachtwey, galardonado con el Premio Princesa de Comunicación, considera «un avance muy interesante» que la tecnología haya convertido a los ciudadanos en fotoperiodistas

Elena S. Herrero

Miércoles, 19 de octubre 2016, 12:00

«No tengo relación directa con el poder político. El trabajo de la prensa consiste en cuestionar el poder». Con estas palabras ha iniciado el fotoperiodista estadounidense James Nachtwey, galardonado con el Premio Princesa de Comunicación 2016, la rueda de prensa durante esta mañana, 10.30 horas, de la edición XXXVI de los Premios Princesa de Asturias.

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Nachtwey se ha mostrado optimista ante los avances tecnológicos que han convertido a todo el mundo en fotoperiodistas. «Me parece que es un avance muy interesante y útil porque existen acontecimientos en los que los periodistas no tenemos permitido trabajar. Y ahora, los ciudadanos de a pie son los que también pueden informar sobre eso», ha expresado.

Las fuentes como según dice el estadounidense se han «ampliado» pero son muchos los que aún prefieren el desconocimiento de las tragedias y conflictos. «Las personas deben conocer e identificar los problemas que existen en el mundo para poder solucionarlos», ha recalcado. Para ello está su trabajo. Y ante la posible oleada de refugiados por lo que puede pasar en Mosul, Irak, el fotoperiodista no ha dudado en declarar que «lo más posible es que haya una oleada de refugiados».

James Nachtwey se ha encargado de cubrir guerras y situaciones terribles por todo el planeta desde los primeros años 80. «Cuando vine a España después de terminar la Universidad fui al Museo del Prado de Madríd y quedé impresionado con las obras de Goya porque representaba una sensación de inmediatez. Transmitía sin duda esa sensación de testimonio».

Algo que él también hace, y para la que es necesaria que exista «una relación de confianza entre periodista y editor».Y él la tiene, «llevo años en la revista 'Time'. Me envían a rincones de todo el mundo sin instrucciones porque ellos solo quieren ver mi perspectiva». Una perspectiva que este año ha sido premiada por su gran «compromiso profesional que le ha llevado a cubrir una treintena de conflictos bélicos y crisis humanitarias sin abdicar de los principios éticos del informador ni maquillar el dictamen de la cámara. Como lúcido testigo del sufrimiento humano, su magisterio se prolonga a varias generaciones de fotoperiodistas de todo el mundo», según el acta del jurado.

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