Marina Abramović.
Premio Princesa de las Artes 2021

Abramović: «La vida de un artista no es tarea fácil, requiere sacrificio personal y compromiso con su trabajo»

La artista se mostró «conmovida, honrada y orgullosa de haber recibido este prestigioso premio»

EL Comercio

Gijón

Miércoles, 12 de mayo 2021, 19:02

La Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021, Marina Abramović, se mostró «conmovida, honrada y orgullosa de haber recibido» esta «prestigiosa» distinción, que supone un gran «reconocimiento en este momento de mi vida y carrera».

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En declaraciones facilitadas a la Fundación Princesa explica ... que la «vida de un artista no es tarea fácil. Requiere sacrificio personal, plena dedicación y compromiso con su trabajo»

Primera galardonada de este año

Marina Abramović (Belgrado, 1946) recibirá el próximo mes de octubre en Oviedo el Premio Princesa de las Artes 2021. El jurado del galardón dio a conocer el fallo de este premio, al que optaban cincuenta y nueve candidaturas de veinticuatro nacionalidades, sobre las que se impuso la artista serbia, icono de arte contemporáneo y pionera de la performance, inaugurando así la nómina de premiados de esta edición de los Premios.

El de las Artes es el primero de los ocho galardones convocados anualmente por la Fundación que llevan por nombre del título de la heredera de la Corona en fallarse y que este año alcanzan su cuadragésima primera edición.

El trabajo de Abramović explora la relación entre el artista y la audiencia, los límites del cuerpo y las posibilidades de la mente. Un interés que surgió desde bien pequeña, cuando, con solo seis años, empezó a recibir clases de piano, aunque no fue hasta 1965 cuando empezó a estudiar en la Academia de Bellas Artes de Belgrado.

En 1972 completó sus estudios de postgrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb y un año más tarde preparaba su primera performance como solista llamada 'Ritmo 10'.

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La performance consistía en que la propia artista jugaba al juego ruso de dar golpes con el cuchillo entre los dedos abiertos de la mano. Cada vez que se cortaba, cambiaba de cuchillo, grabando todo este proceso. Una vez que se había cortado veinte veces, reproducía la grabación e intentaba reproducir los mismos movimientos y sonidos. Con ello pretendía unir pasado y presente y abría un camino sobre la consciencia del artista.

Hoy, cuatro décadas de trabajo de la 'madrina del arte de la performance' más tarde, su trabajo es valorado y reconocido internacionalmente, y una de sus obras más conocidas y que dejó una gran impronta emocional en el público fue 'The artist is present' (2010), en la que la artista permanecía sentada en una silla en el MoMA y esperaba que los asistentes se sentaran frente a ella y la miraran a los ojos, comunicándose sin palabras. Lo más memorable fue el momento en el que se sentó el que fue su compañero artístico y sentimental durante varios años, Frank Uwe Laysiepen. Fue allí donde se encontraron tiempos después de su ruptura y las imágenes dieron la vuelta al mundo.

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Pero su arte también es bien conocido en Asturias, donde desembarcó en 2009, eligiendo Laboral Ciudad de la Cultura para colocar dos escenarios y seis pantallas y explicar 'Ocho Lecciones sobre el Vacío con un Final Feliz' (Eight Lessons on Emptiness with a Happy End).

Desde allí mostró al mundo su obra mitad plástica, mitad escénica y completamente visual. Primero tomó el teatro de la Laboral. Allí la artista de Belgrado hizo una breve presentación y mostró el documental 'Everything you always wanted to know about the making of a video instalation', desde el que explicó cómo fue el proceso creativo de la instalación que la hizo aterrizar en Gijón.

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Del teatro, creadora y espectadores se trasladaron a la iglesia. Allí esperaban las otras cinco pantallas dispuestas para emitir sus ocho lecciones.

Como explicó la propia Marina Abramović, el germen de aquella videoinstalación estaba en Laos. Allí nació «al observar que todos los niños tenían armas de juguete». Y, a partir de esa imagen, la artista creó una compleja obra en la que la iglesia de la Laboral también acogió una proyección de 'Family Portrait', en la que se podía observar a niños armados con sus juguetes de plástico que reflejaban las diferentes fases de la guerra. Una muestra más de su arte, también cargado de compromiso.

Obra en la Laboral

De aquella visita a Gijón quedan las espectaculares imágenes de 'The Kitchen. Homage to Saint Therese' (La cocina: Homenaje a Santa Teresa), un proyecto realizado en las cocinas de La Laboral, en las que se inspiró para realizar un proyecto basado en la vida de Santa Teresa de Ávila y uno de los textos que usó como referencia para aquel proyecto fueron las siguientes notas de Santa Teresa de Ávila sobre sus experiencias de levitación: «Aunque el éxtasis nos trae el gozo, la debilidad de nuestra naturaleza al principio nos asusta y necesitamos ser resolutivos y valientes de alma... Ocasionalmente he podido resistirme, pero a coste de un gran agotamiento, por lo que luego me sentiría como si hubiera estado luchando con un gigante poderoso».

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Con aquel trabajo, la artista intentaba «comprender y controlar las emociones», a la vez que aspiraba a «encontrar una herramienta o el mecanismo que dé respuesta a la dicotomía entre lo físico y lo espiritual». Una de las eternas preguntas del ser humano.

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