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Joan Manuel Serrat, con Miguel Ríos, Ana Belén y Víctor Manuel, en Las Mestas en 1996. J. Pañeda
Ética y poética de un hombre sencillo

Ética y poética de un hombre sencillo

Serrat genera una extraña unanimidad en esta España crispada que se sustenta en sentimientos y emociones que nos son cercanos y a todos nos apelan

M. F. Antuña

Gijón

Viernes, 26 de abril 2024, 02:00

En el Teatro Campoamor de Oviedo, en 1968, en plena polémica por el 'La, la, la' eurovisivo y su negativa a acudir a la cita si la canción no se cantaba en catalán, Joan Manuel Serrat recibió un botellazo. Más de medio siglo después, el ... próximo octubre será el aplauso unánime el que coseche en el mismo escenario. El término unánime no es baladí, porque tiene el flamante Princesa de Asturias de las Artes el don de generar consenso, de vertebrar esta crispada España nuestra. «La unanimidad es difícil de alcanzar, pero si alguien se acerca ella ese es Serrat», sostiene Luis García Gil, autor de cinco libros sobre la figura del de Poble Sec, que acaba de publicar su biografía más completa, 'Serrat. Se hace camino al cantar' (Alianza Editorial). En ella se desvelan todos los caminos que han conducido a convertirle en un referente ético y emocional, un símbolo de la libertad en España y en Latiomerica.

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