efe
Jueves, 22 de octubre 2015, 12:31
Se plantó ante los periodistas dispuesto a hablar de todo: de vino, de política, del mundo y «del cine y la televisión, que ya son lo mismo». Y lo hizo. Francis Ford Coppola, Princesa de Asturias de las Artes , saludó en inglés y en castellano y comenzó a hablar de todo un poco. Y de todo ello con entusiasmo y sin pelos en la lengua. Sin miedo y con un elogio en la boca: «Estoy encantado de estar aquí, es espectacularmente precioso».
Publicidad
El cineasta de El padrino se arrancó con críticas no a Hollywood «que no existe como tal, es un cartel» sino hacia la industria cinematográfica, la estadounidense y la del resto del mundo, que busca solo dinero y vive ajena al arte y la experimentación. «La industria está para ganar dinero, pero el cine es también un arte. Directores como Spielberg y como yo no entramos en estos para ganar dinero sino para obtener placer». El arte sin riesgo es como no hacer el amor e intentar tener hijos", ha advertido Coppola tras confesar que entró en el cine por su componente "mágico".
Es, confiesa, de una generación en la que la industria sí tenía hueco para el entretenimiento y para algo más, para hacer películas «valientes y bellas» y echa en falta que hoy haya dejado de ser así. «Los estudios tienen auténtica aversión al riesgo», afirmó, antes de explicar que el cine es experimentación por encima de todo y que de ella nacen «obras de arte fantásticas», aunque quizás no se aprecien a corto plazo y necesiten de más tiempo para ser amadas por todo el mundo. Lo sabe de buena tinta. Lo ha vivido en sus propias carnes con buena parte de sus obras. Y lo sigue viviendo.
Por eso su mirada se sitúa hoy sobre el cine independiente, sobre los directores que buscan una expresión propia, que pretenden «hacer algo único», porque hacer algo muy bien hecho que ya se ha hizo antes para él no tiene gracia. El camino es otro.
Conocedor del cine español, optimista por naturaleza, Coppola aseguró que en todo el mundo se hace cine interesante pero no quiso desvelar en qué líos se meterá próximamente. Eso sí, expresó sin tapujos su mayor preocupación: «Es saber si voy a vivir el tiempo suficiente para hacer las películas que quiero hacer». Habló de política, de corrupción, trató de imaginar a los Corleone en estos tiempos de crisis y confesó que una de los principios que rige su existencia es la negación de la maldad. Para él no existe sino como carencia del bien. Dicho lo cual, no entiende que el mundo sea a veces tan atroz porque no hay razón para ello. Y como ejemplo de ese horror, viajó a Siria, un país que visitó hace un par de años. «Tenemos que compartir la prosperidad y no permitir lo que está pasando con los refugiados en Siria». Este mundo tiene arreglo y la receta es muy sencilla: nunca metir y usar como armas la creatividad y la belleza.
Publicidad
El autor de "Apocalypse now" -una película que trata "sobre la moralidad, no sobre la guerra"- ha repasado sus comienzos en el cine durante la década de los setenta, un periodo que "no fue fácil" y en el que encadenó obras como las dos primeras partes de "El Padrino" o "La conversación" no siempre con éxito de crítica y público.
No obstante, y tras recordar que también en la pintura o la ópera hubo creadores que murieron pensando que su obra no interesaba, ha defendido la necesidad de ser "paciente", de apostar por lo que a uno le interesa y de arriesgar, como hizo él, su propio dinero aunque en ocasiones su apuesta le llevara casi a la ruina. "No tenía ningún problema en arriesgar mi propio dinero y lo haría también hoy. Es mejor que pedirle dinero a una persona que ni siquiera te respeta. Prefiero ganarlo yo e invertirlo luego en mi propio trabajo", ha indicado.
Publicidad
Pese a mostrarse escasamente interesado por la política a la hora de hacer cine sí se ha mostrado preocupado por la corrupción -"una enfermedad a la que no se puede sobrevivir, hay que acabar con ella y se puede"- aunque ha eludido plantearse si rodaría una película con ese trasfondo dado que, a sus 76 años, su mayor preocupación es "vivir lo suficiente" para hacer todavía lo que quiere. Así, ha asegurado no conocer "tan bien" a la familia Corleone que retrató en "El Padrino" como para imaginar cómo habrían afrontado la crisis económica de los últimos años, pero sí ha lamentado que algunos de los "grandes villanos" actuales la señalen como su película o su libro favorito porque les gusta la actitud "fría" y "pragmática" del clan siciliano.
"La corrupción es una forma de mentir y la mentira es lo que permite que una país grande con un gran ejército bombardee a otro y diga somos los buenos y los terroristas son los malos", ha advertido el cineasta.
Publicidad
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.