José María Mayoral, portero mayor del Congreso a las puertas del Hemiciclo. J. A. Guerrero

«Todos vienen con la misma cara de ilusión»

José María Mayoral, ujier mayor del Congreso, se jubila en esta XV legislatura tras 43 años en el Hemiciclo

Jueves, 17 de agosto 2023, 11:49

José María Mayoral (Ávila, 66 años) está más que acostumbrado a ver inicios de curso en el Congreso. Entró en 1980, con Landelino Lavilla de presidente de la Cámara Baja, vivió el golpe de Estado al año siguiente y en estos 43 años ha visto ... nada menos que catorce constituciones como la de hoy, la última que presenciará antes de su jubilación. Y en todas ha observado la misma ilusión en sus señorías: «Todos, tanto los que se estrenan como los que repiten, vienen con la misma cara de ilusión, pero también se les nota la responsabilidad. Es como el primer día de cole», dice este abulense soltero nacido en Villanueva del Campillo, un pueblo de 99 habitantes en la sierra de Ávila, y que ejerce como portero mayor del Congreso y jefe del equipo de ujieres.

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Ciertamente lo que se está viviendo este jueves en el Congreso se parece mucho a la efervescencia del primer día del curso escolar. Mientras Madrid amanecía a medio gas en otro día de calor, diputados y periodistas madrugaron, y desde las siete de la mañana el Palacio de la Carrera de San Jerónimo y sus alrededores estaban tomados por reporteros de prensa, radio y televisión, con su selva de micrófonos, cámaras y pantallas para protegerse del sol. Se repartieron 300 acreditaciones para cubrir el nacimiento de esta XV Legislatura, la de la niña bonita, que ha venido al mundo con enorme expectación. Nunca se había vivido un agosto tan ajetreado en la Carrera de San Jerónimo con medio país aún de veraneo. Y para niña bonita la que traerá la diputada del PP Sandra Fernández, (Palma de Mallorca, 42 años), embarazada de una niña, que nacerá en octubre. Igual que su compañera de partido, Belén Hoyo, del PP valenciano, que tiene previsto dar a luz a un niño ese mismo mes. Las dos recibieron los parabienes de todos los diputados.

Mientras tanto, dentro del Hemiciclo y bajo la siempre discreta mirada del ujier Mayoral y sus compañeros, los diputados buscaban un sitio donde sentarse. Y como, había barra libre para hacerlo, los más avispados eligieron un escaño a tiro de cámara, para salir bien en la tele. Por allí estaba Errejón en vaqueros, Cayetana Álvarez de Toledo, que lucía un elegante vestido blanco, o Cristina Narbona, de naranja, en distendida plática, saludándose tras las vacaciones, alabándose el bronceado, preguntando por la familia y riéndose con los chascarrillos del verano. Pura cordialidad.

También se notaba que había muchos diputados nuevos (177), que como asombrados debutantes no paraban de hacerse selfis y de fotografiar los desconchones que dejaron en el abovedado techo del hemiciclo los tiros de Tejero.

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La efervescencia que se vivía en el interior del Congreso a medida que se acercaban las 10 de la mañana, hora marcada para iniciar la sesión, se disparó a las 9.58 cuando entró Pedro Sánchez, y sus diputados lo recibieron de pie entre aplausos. Luego se puso a charlar distendidamente con Yolanda Díaz hasta que Cristina Narbona, la diputada más veterana (72 años) y presidenta de la Mesa de Edad, saludó a sus señorías, dando por iniciada la nueva legislatura. Echamos de menos las barbas valleinclanescas del diputado Zamarrón, ya jubilado de la política, que tanto dieron que hablar en el arranque de la pasada legislatura.

«Hay mucho más compañerismo del que se piensa»

A partir de ese momento la sesión entró en el aburrimiento burocrático de las votaciones para elegir a la nueva presidenta, Francia Armengol, a los cuatro vicepresidentes y los cuatro secretarios. Y así se fue llegando al momento en que los diputados juran o prometen acatar la Constitución, donde el tedioso guión institucional volvió a cobrar cierto brío gracias al rosario de juramentos creativos pronunciados por los diputados. Se juró o se prometió por España, por las Españas, por los derechos de los trabajadores, por los «represaliados» del procés y los exiliados y hasta por la república para enfado de Vox y el PP, que criticaron estas fórmulas de acatamiento de la Constitución.

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Y así el relumbrón del primer día se fue apagando. A las 14.24 horas la presidenta Armengol levantó la sesión, las cámaras se fueron apagando, los periodistas volvieron a sus trincheras y algunas de sus señorías a refrescarse el gaznate con una cerveza bien fría.

Pronto las aguas volverán a su cauce con los debates, las comisiones, las enmiendas… y la vida parlamentaria entrará en su otoñal rutina hasta que las Cortes se vuelvan a reunir para elegir al futuro presidente del Gobierno, que parece depender del partido de Puigdemont, el ausente más presente en la Carrera de San Jerónimo.

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Mayoral, como portero mayor del Congreso, sabe por experiencia que las broncas que veremos por la tele o las declaraciones subidas de tono que leeremos en la prensa no se corresponden con la cordialidad y la educación que gastan sus señorías cuando no hay cámaras delante. «Hay mucho más compañerismo y buen ambiente del que se piensa».

Esta XV legislatura será la de su jubilación. Tiene muchos proyectos por delante, pero echará de menos el Congreso. ¿Y en estos 43 años con qué diputados se queda?, le preguntamos. «Hombre… hay muchos, pero si e tengo que quedarme con uno, con Adolfo Suárez, que además era paisano».

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