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CRISTIAN REINO
BARCELONA.
Viernes, 13 de diciembre 2019, 03:09
Se sabía que Quim Torra y Junts per Catalunya no tenían ningún interés en facilitar la investidura de Pedro Sánchez y ayer el presidente catalán lo demostró con hechos al menospreciar la llamada que Pedro Sánchez le hará en los próximos días. Es un ... gesto «vacío y estéril» que en absoluto va a contribuir a resolver el conflicto político en Cataluña, apuntaron fuentes de la Presidencia de la Generalitat. Además, señalaron desde el Palau de la plaza de Sant Jaume, se podría entender casi como una burla porque Torra, y antes Carles Puigdemont y Artur Mas, siempre han reclamado una relación bilateral con la Moncloa, y no formar parte del 'café para todos' de los 17 presidentes de comunidades autónomas.
Si Sánchez quería que Torra recibiese como un guiño amistoso su inclusión en la ronda de conversaciones telefónicas después de semanas de ignorar sus llamadas, consiguió el efecto contrario. Al menos en lo que respecta a JxCat. Porque Esquerra Republicana se mostró satisfecha dado que había reclamado en sus conversaciones con los negociadores socialistas que el presidente del Gobierno tuviera «un gesto» hacia Torra para que el presidente catalán y JxCat se mostraran menos beligerantes hacia sus contactos con el PSOE para la investidura.
La portavoz republicana, Marta Vilalta, explicó ayer que pidieron a sus interlocutores «respeto hacia las instituciones catalanas y sus máximos dirigentes» y que «hacía falta una llamada» de Sánchez al president. El líder socialista dio el paso tras recibir el encargo del Rey para ser candidato a la investidura y desde Barcelona recibió un portazo.
Con una llamada, agregaron fuente del entorno de Torra, «no se soluciona» el conflicto en Cataluña. Hace falta «respeto institucional» y que el presidente de la Generalitat no sea tratado desde La Moncloa como un gobernante autonómico más, sino que exista un «reconocimiento de los sujetos políticos». JxCat coincide con ERC que las conversaciones tienen que ir encaminadas a resolver el conflicto en Cataluña y no limitarse a la búsqueda de apoyos para la investidura. Pero los republicanos son más posibilistas, y consideran que lo uno no excluye a lo otro. Su planteamiento es que facilitar un nuevo mandato de Sánchez a cambio de un compromiso claro, con calendario y garantías para abrir una mesa de diálogo entre gobiernos es una apuesta razonable.
Precisamente uno de los escollos en la negociación, según reconocen en Esquerra, es el formato de este foro de conversaciones. Los republicanos defienden que sea entre gobiernos y que se pueda hablar de todo, desde autodeterminación a amnistía para los líderes del 'procés' condenados. El PSOE se remite a la comisión bilateral Estado-Generalitat prevista en el Estatuto.
Pero al mismo que tiempo que Torra desdeña la llamada telefónica, desde su Gobierno reclamaron que fuera el primero en ser llamado para poner de manifiesto esa deferencia. Sería «un gesto», dijo ayer la consejera y portavoz gubernamental, Meritxell Budó. No será así porque Sánchez anunció ayer que seguirá, «como siempre», el orden protocolorio de aprobación de los estatutos de autonomías, y ahí el primero es el lehendakari Iñigo Urkullu.
Lo que no va a hacer el presidente de la Generalitat es no contestar a la llamada, apuntó Budó con sorna. Sánchez ha ignorado al menos media docena de veces en los dos últimos meses los intentos de Torra de hablar con él por teléfono. El líder socialista decidió cerrar el grifo de las conversaciones por las negativas de Torra a condenar los sucesos violentos tras la sentencia del Tribunal Supremo que condujo a la cárcel a los líderes del 'procés'.
Sí han existido contactos, en cambio, entre el líder socialista y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, lo que desde JxCat han criticado como gestos de «deslealtad». JxCat y ERC están en pugna, con las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina en cuanto Quim Torra sea inhabilitado. Torra desdeñó ayer el gesto de Sánchez, pero en cambio Aragonès se cuidó muy mucho de criticarla.
Esquerra Republicana valora que el PSOE reconozca que hay un conflicto político en cataluña, que diga que hay que construir una solución a través de una vía política, que se ha de establecer una mesa y ahora el guiño hacia Torra. Falta, eso sí, que se concrete esa mesa de negociación.
JxCat, por el contrario, considera que son gestos «inútiles» porque soslayan el fondo del conflicto, el ejercicio efectivo del derecho de autodeterminación.
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