A la polémica de los Másteres de Cifuentes, Montón y Casado ha seguido ahora la de la tesis doctoral de Pedro Sánchez. Con independencia de cualquier valoración política, hay que decir que aunque en el primer momento se pone en duda a los aludidos, en segundo lugar se cuestiona al propio sistema universitario. Por ello, es importante parar esta política de ventilador, de lanzar porquería a diestro y a siniestro, de ensucia que algo queda; como poco, mal olor en todos los sitios. No voy a analizar caso por caso, aunque cada uno de ellos tiene diferencias muy importantes que van desde un Máster donde parece que no hubo ni Trabajo Fin de Máster, ni tribunal, ni nada, hasta la tesis que nos ocupa. Vamos a ella.

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Esta semana, los medios de comunicación, como prueba de lo 'irregular' que había sido la tesis de Sánchez, aseguraban cosas como que no estaba digitalizada, que estaba «custodiada» en la biblioteca de la Universidad o que no se podía descargar. Frente esto tengo que decir que el autor de este artículo es Doctor. Mi tesis doctoral se titula 'Análisis Topológico y Funcional de Estabilizadores Ultrarrápidos de Corriente Alterna' y se presentó en la Universidad de Oviedo en el año 2000. Vayan a buscarla a la Universidad –yo no he probado– y mucho me temo que no la van a encontrar. Tampoco digitalizada, ni en internet. Por tanto, esa supuesta 'prueba' es más bien prueba de lo contrario. En su caso, la transparencia es total, la tesis está depositada en la biblioteca y se puede consultar.

Otra de las 'pruebas' es que la tesis no se podía sacar de la biblioteca. En cualquier biblioteca, como la Pública Jovellanos de Gijón, hay libros que no se permite el préstamo para evitar que se pierdan o se dañen. Pero hay que añadir aún más. Cuando en nuestra Escuela de Ingeniería se hacían los Proyectos Fin de Carrera, se dejaba un ejemplar en la Biblioteca de Proyectos que se podía tomar prestado. Posteriormente, se dejaron de prestar –aunque se permitía la consulta– porque muchos nunca volvían y, lo que es peor, porque el préstamo facilitaba la copia.

La siguiente 'prueba' es que «No se puede descargar de Teseo». Este ha sido un error del propio presidente del Gobierno que afirmó que su tesis estaba colgada en Teseo. Pues no, no se puede descargar ni la suya ni la de nadie. Teseo es una base de datos de todas las tesis doctorales españolas que contiene solo unos pocos datos: Título, autor, directores de tesis, tribunal de la tesis, resumen, o fecha de lectura. No contiene la propia tesis. Ni la de Sánchez, ni la de nadie. Como mucho, contiene un enlace al documento digital si lo hubiera y estuviera registrado.

Otra. «La tesis doctoral no es buena». En fin, esto es una pura valoración. Las tesis doctorales son muy desiguales. Una medida de lo buena que es una tesis doctoral son la publicaciones que se deriven de ella y su impacto. El hecho de que luego se haya publicado un libro a partir de la tesis, sin duda, se considera un indicador positivo y sin embargo se ha puesto en cuestión. Los indicadores más valiosos son la publicación en revistas especializadas reconocidas. En cualquier caso, nada menos que cinco doctores componen el tribunal que valoró su tesis, en sesión pública, y para llegar ahí aún hay otros filtros previos.

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«El libro publicado, con muchos puntos en común con la tesis, tiene un coautor». Por sí misma, esta 'prueba' es ridícula. Mis propias publicaciones derivadas de mi tesis tienen varios coautores, personas que también colaboraron en los trabajos, siendo los directores de tesis el perfil habitual. Es también habitual, aunque no obligado, que como prólogo de la tesis el autor dedique una unas palabras a todas aquellas personas que a su juicio le ayudaron para realizar la tesis.

Más. «Otro autor le ha hecho la tesis». Esta es la versión que más fuerza ha tomado este jueves. Lo cierto es que podría ser. La de Sánchez o la de cualquiera. Eso sí, sinceramente creo que esto no se puede concluir por ninguno de los apartados anteriores. Someto a la misma crítica mi propia tesis y si esos son los argumentos, mi propia tesis saldría peor parada.

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«Copió partes de otros artículos». En cualquier tesis doctoral aparecen de forma perfectamente legal partes de otros artículos. Una tesis tiene que partir de una revisión profunda de la literatura ya existente y un resumen de la misma. Es normal que aparezcan partes de otros autores en los primeros capítulos. No solo se acepta, sino que debe ser así. Lo importante es referenciarlos adecuadamente con un formato claro y, desde luego, no hacer pasar por propio lo de otro. Es raro emplear el entrecomillado. La duda aquí es si se han referenciado o no para lo que hay que ver la tesis. No se puede admitir que no se referencien lo que sería, como mínimo, poco ético pero lo que sería verdaderamente grave es que la propia tesis, es decir, la propuesta propia del trabajo y su demostración fueran copiadas. Eso tiene que ser de factura propia. Pero, con lo que se ha visto hasta el momento, de ninguna forma se puede concluir esto.

En resumen. Las 'pruebas' que se han presentado son, en mi opinión, insuficientes para poner en cuestión la tesis doctoral. Parece ser que la polémica surge con una declaraciones del exministro Miguel Sebastián sobre que le había hecho la tesis Carlos Ocaña. Yo eso no lo sé. Lo que sí se es que si las 'pruebas' son que no está digitalizada, que no se puede sacar de la universidad, que alguien dice que no es buena, que en una publicación posterior aparece un coautor o que hay algunas partes de artículos de otros autores, entonces tengo que concluir que mi propia tesis tampoco soportaría esas 'pruebas'. Ni otras muchas. Sería raro encontrar una que las soportase todas, aquí y en el resto del mundo.

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Juan Carlos Campo es director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón

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