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DAVID GUADILLA
Martes, 10 de noviembre 2020, 03:32
La posición del Gobierno central respecto a la libertad de información y las 'fake news' quedó de nuevo en evidencia ayer después de que Pablo Iglesias y Margarita Robles expresaran en público sus diferentes puntos de vista a raíz de la orden ministerial que ... desarrolla el 'Procedimiento de actuación contra la Desinformación'. Mientras el vicepresidente segundo defendía la tesis de que es necesario vigilar «el comportamiento de determinados poderes mediáticos que desprecian la verdad», la ministra de Defensa subrayaba que «a ningún Gobierno le corresponde velar por lo que dicen los medios, en ningún caso».
Desde que se hizo público el plan del Ejecutivo para «monitorizar» los contenidos en medios de comunicación y plataformas digitales para evitar una hipotética «difusión deliberada a gran escala y sistemática de mensajes falsos», la polémica no deja de crecer. A las dudas planteadas por numerosos juristas se han sumado las críticas de los principales grupos de la oposición, que ven en la iniciativa un intento del PSOE y Podemos por controlar las noticias. Unas acusaciones que el Gobierno rechaza de plano. De hecho, durante los últimos días han sido varios ministros, del PSOE, los que han pretendido apagar el incendio creado.
Si ya el pasado viernes Fernando Grande Marlaska señalaba que no se estaba buscando una «fiscalización o limitación de algún derecho fundamental», ayer fue la titular de Defensa la que se esforzaba en rebajar la polémica. Robles, en una entrevista en Antena 3, intentaba situar la elaboración de la orden ministerial en un contexto muy concreto. «Ningún país puede estar desarmado contra la desinformación, más aún cuando de una manera maliciosa y organizada se pretende poner en cuestión a las instituciones democráticas», señalaba Robles.
Pero más allá de eso, subrayó la importancia de la libertad de prensa que «ningún gobierno puede tocar». «Noticias falsas hay y deben ser los propios medios de comunicación los que desde su responsabilidad las controlen, y nuestros medios son responsables», reconocía la ministra, quien añadió: «La desinformación es otra cosa». Y en una línea muy similar se expresó la vicepresidenta primera. Carmen Calvo aseguró que el plan del Gobierno no tiene «absolutamente nada que ver con la libertad de prensa de este país». «Hablamos de ataques desde fuera», matizó.
Pero esos intentos por calmar las aguas chocan con el discurso de Iglesias. En una entrevista en el diario argentino 'Página12', el vicepresidente no mostró ningún tipo de matiz. Afirmó que «la mayor amenaza para nuestros sistemas democráticos es la ultraderecha golpista y el comportamiento de determinados poderes mediáticos que desprecian la verdad». «Los poderes mediáticos que trabajan junto a la ultraderecha asumen que es legítimo mentir», añadió.
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