El PP resta importancia al desmarque de Feijóo frente a Galicia Suma

La vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, insistió ayer en que cada comunidad tiene sus «circunstancias especiales» y, en una entrevista en Onda Cero, vio «perfectamente compatible» que Núñez Feijóo quiera concurrir en los próximos comicios autonómicos con las siglas del PP, sin buscar una alianza con Ciudadanos, mientras en el ámbito nacional Pablo Casado toca la puerta de Albert Rivera por si en noviembre hubiese elecciones generales y España Suma pudiera ser posible.

Fue el domingo cuando Núñez Feijóo marcó distancias. Si bien consideró una propuesta «seria» que el PP busque a los liberales y a otras formaciones regionalistas de la derecha para aunar fuerzas e intentar emerger como alternativa al PSOE en el Congreso, descartó que en Galicia esa estrategia tenga cabida. «Ya existe una fórmula que suma a la inmensa mayoría de los gallegos que es el Partido Popular», zanjó el debate.

Ni Ciudadanos ni Vox tienen representación parlamentaria en Galicia. Y en las elecciones generales del 28 de abril, los de Rivera tan sólo consiguieron hacerse con dos diputados. Con estos resultados sobre la mesa, los populares gallegos se reivindican como «modelo» a seguir y marcan perfil propio. Ya dejaron constancia de sus diferencias con Casado cuando en el diagnóstico poselectoral advirtieron de que se había perdido el centro político. Y el fin de semana el secretario general en el territorio, Miguel Tellado, insistió en la Cadena Ser: «Al PP le conviene mirar a Galicia para que vuelva a ser ese partido de mayorías, moderado, centrado, reformista y constitucionalista».

España Suma y el resto de sus variantes autonómicas quedaron registradas en julio. Y aunque en algunas direcciones territoriales del PP reconocieron su sorpresa por el movimiento, fuentes de la cúpula avanzaron que el planteamiento de coalición electoral no era extensible a todas las comunidades y que, en concreto, Galicia Suma no era una opción.

En realidad, se trata de una estrategia política, aseguran en Génova, con un enfoque para el corto plazo y la vista puesta en la refundición de la derecha a la que aspira Casado. Fuentes populares reconocen la extrema dificultad de articular esa unión de partidos si la investidura de Pedro Sánchez no es viable y se abren las urnas en noviembre. Pero, de momento, confían en trasladar así al electorado la importancia de unir el voto para que la fragmentación política no reste opciones a la derecha. Y, después, se verá.

Por ahora, ni Ciudadanos y Vox han aceptado integrarse en España Suma. La oferta va fundamentalmente dirigida al primero, aunque en las últimas entrevistas concedidas la dirección del PP no haya cerrado la puerta al partido de Santiago Abascal. «La coalición -trasladó ayer la vicesecretaria de Organización- es para sumar. En Andalucía, en la Comunidad de Madrid y en ayuntamientos hemos llegado a acuerdos programáticos con ambos, no hay que alarmarse».

Fuentes de la formación conservadora recuerdan, en todo caso, que con Ciudadanos se han forjado, además, gobiernos de coalición en la Comunidad de Madrid, en la Junta de Castilla en Castilla y León y en la Región de Murcia. Y, aunque Vox nunca se ha descartado, en la última comparecencia pública, fue a Rivera a quien Casado sugirió la posibilidad de conformar una alianza electoral o de diseñar algún tipo de estrategia conjunta.