La crisis de Ayuso con la sanidad opaca el discurso de Feijóo sobre la solvencia en la gestión

El origen del conflicto más reciente está en el plan de la Comunidad de Madrid para la reapertura de las urgencias extrahospitalarias, cerradas desde la pandemia. La iniciativa ha desatado las protestas de los sanitarios de los centros de atención 24 horas, en huelga indefinida, porque, explican, ahora cuentan con menos efectivos que en el esquema previo y, además, ha cundido un gran desorden a la hora de organizar y asignar personal a horarios y centros. Si hubo sindicatos que llegaron a firmar un acuerdo con la Comunidad para abordar esta circunstancia, lo acabaron rompiendo por falta de cumplimiento de las condiciones pactadas.

El paro se extenderá a partir del día 21 a los 4.240 médicos de familia y a los 720 pediatras de atención primaria, que protestan contra la atención por videoconferencia y alegan sobrecarga de trabajo tras la caótica reorganización del servicio público, que no garantiza personal suficiente para ofrecer la atención debida.

El conflicto laboral viene acompañado de dimisiones en la Consejería de Sanidad. Hace unos días renunció en bloque la Dirección Asistencial Sureste de Madrid; también dejó su cargo la gerente de Atención Primaria, Sonia Martínez Machucha, y su número dos, Nuria Fernández de Cano. Al conflicto laboral y las dimisiones se sumará la manifestación que hay convocada para este domingo con el lema 'Madrid se levanta por la sanidad pública. Contra el plan de destrucción de la atención primaria' y que sigue a la protesta del 22 de octubre.

El pulso del Gobierno popular madrileño en una cuestión del alcance social de la sanitaria pone en aprietos la imagen de solvencia en la gestión que quiere transmitir la dirección nacional del PP y muy en particular Alberto Núñez Feijóo, quien recurre frecuentemente al aval de su experiencia al frente de la Xunta de Galicia como credencial ante las próximas elecciones, además de a las iniciati vas en diversas materias que ha ido presentando al Gobierno

Ayer, en Chile, Feijóo hizo bandera de la estabilidad de su propuesta política frente a los populismos, movimientos que, aseguró, usan la «agitación continua» para que los ciudadanos «se olviden de la gestión» y de que la política es «resolver problemas reales». Ello, después de días atrás haber reiterado que las respuestas económicas del Gobierno «no han funcionado» y de haber criticado la «política líquida, de usar y tirar», que busca «novedades constantes y soluciones mágicas», aunque quienes las propo «no tienen experiencia en la gestión y quienes tienen soluciones para todo nunca han solucionado nada».

Un problema no menor es que la crisis madrileña involucra a un sector, la sanidad pública, muy sensible. Y con vistas a las elecciones de 2023, la experiencia de Madrid, en la que otros barones populares han declarado que se miran –como en las bajadas de impuestos–, puede acabar proyectando un perjuicio para ellos en la campaña y a la hora de mantener o reconquistar gobiernos.

La presidenta madrileña se escuda, para explicar la crisis, en la falta de profesionales sanitarios en toda España, y también, en que los trabajadores del sector están «llenos de activismo político» y que han estado «siempre» con Más Madrid y el PSOE.