El ministro de Transportes y Movilidad, Óscar Puente, durante una intervención en el Congreso de los Diputados. EP

Puente, el combativo ministro que tiene que hacer limpieza en Transportes tras el paso de Koldo García

Puertos del Estado y Adif, que dependen de su ministerio, actuaron bajo mandato de Ábalos como vehículos para el pedido centralizado de mascarillas

Domingo, 3 de marzo 2024, 20:00

Óscar Puente llegó al Ministerio de Transportes y Movilidad para «gestionar y no para combatir». Pero fiel a su estilo, el político vallisoletano y controvertido tuitero, ariete socialista contra Alberto Núñez Feijóo en la investidura de éste, se ha afanado estos días en desvincular ... con uñas y dientes su gestión del 'caso Koldo' y reivindicar a su partido. La trama que investiga al antiguo asesor del exministro José Luis Ábalos ha puesto el foco en los mecanismos de contratación de las dos entidades públicas que dependen directamente de Transportes –Puertos del Estado y Adif– y que fueron habilitadas a través de órdenes ministeriales para centralizar la adquisición de las mascarillas al inicio del estado de alarma por la pandemia, en marzo de 2020, por la Administración central.

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Bajo el mantra de «tolerancia cero» contra la corrupción impuesto por Ferraz y el «caiga quien caiga» que enarboló el propio Pedro Sánchez en la Internacional Socialista el sabádo 24 de febrero, la semana que reventó el escándalo, Puente encargó una auditoría interna para esclarecer la millonaria compra de material sanitario y determinar si existen más responsables involucrados en el departamento.

El ministro subrayó su «empeño de limpiar» y su voluntad de resolver unos hechos que ocurrieron cuatro años antes de su llegada a Transportes . Una tarea encomendada a la Inspección General de servicios, órgano formado por funcionarios de carrera. En paralelo, mantiene la confianza en su actual subsecretario –en el cargo desde 2018– y miembro del cuerpo funcionarial, Jesús Manuel Gómez García. Él es uno de los cargos del ministerio que aparecen en el sumario en fotografías tomadas por los investigadores departiendo con Koldo García en la ya famosa marisquería La Chalana, en Madrid.

Puente, que asumió en noviembre las riendas de uno de los ministerios más poderosos en cuanto a capacidad inversora y visibilidad, trata de levantar un cortafuegos entre su gestión en el cargo, en el que lleva tres meses, y las salpicaduras del 'caso Koldo' sobre el ministerio que ahora comanda. Además de la auditoría, Transportes ha remitido un oficio a todos los organismos dependientes para que confirmen que no se han firmado más contratos con Soluciones de Gestión, la compañía a través de la que se cerraron los acuerdos supuestamente fraudulentos con las Administraciones.

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En su comparecencia a comienzos de la semana pidió no involucrar a los trabajadores de la casa y se mostró visiblemente molesto con la difusión de una fotografía de una cena de Navidad donde aparece personal de la casa que había pagado el cubierto de su bolsillo. «Yo sé que soy la pieza a batir, pero tendrá que ser otra la ocasión y otro el tema», advirtió a los que, a su juicio, pretenden escalar hasta él cualquier responsabilidad directa. «Ahora, los ojos son otros. Vamos a ver si, a la luz de esos nuevos ojos, observamos alguna circunstancia que no se advirtiera en esas dos auditorías del Tribunal de Cuentas y de la Intervención General del Estado que examinaron estos contratos», quiso zanjar.

Pero la semana se le ha ido complicando al Gobierno con sucesivas revelaciones del sumario, incluidas las averiguaciones para tratar de aclarar si García captó a nueve altos cargos de Transportes y también de Interior. Puente, quien ha descargado «la responsabilidad política» del caso sobre Ábalos, ya no pone la mano en el fuego por su predecesor.

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