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Areces entrega la medalla de la Guardia Civil a su padre, Vicente Álvarez Aneas. :: E. C.

El profesor que no hizo del aula un púlpito político

Sus antiguos alumnos recuerdan a Areces como un profesor «honrado» que no hacía propaganda de sus ideas en clase

LAURA MAYORDOMO / PALOMA LAMADRID

GIJÓN.

Sábado, 19 de enero 2019, 04:28

«Fue mi gran profesor, el primero con el que me encuentro en la Escuela de Empresariales». Así recordó ayer Álvaro Muñiz, exdirector de la Feria de Muestras, a Vicente Álvarez Areces, de quien destacó que, «en una época donde los profesores utilizaban ... el aula para hacer su catecismo político, tuvo la suficente honradez para nunca utilizarla». Una actitud encomiable, más si se tiene en cuenta que en estos tiempos -mediados de la década de los setenta- «era difícil adoptar esa posición y eso es un gran síntoma de honradez que marcó mi admiración durante muchos años».

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Muniz acudió a la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Gijón para mostrar sus respetos a Tini y dar el pésame a sus familiares. Recordó que ya sus tiempos como alcalde, «presumía de profesor» y Areces hacía lo propio respecto a sus antiguos alumnos. La historiadora, documentalista y escritora Pilar Sánchez Vicente fue su alumna en el IES Doña Jimena en el curso 1972-1973. Areces le daba las asignaturas de Matemáticas y Diseño, esta última, alternativa a Hogar y que «elegíamos muy pocas, las que nos rebelábamos contra aquel rollo de la Sección Femenina», recuerda divertida.

Aunque los destinos profesionales volverían a juntarles años después en la Administración regional, para él siempre «fue la alumna del Jimena». Como gestor político, Sánchez Vicente se encontró con el mismo hombre «motivador» que había conocido como profesor. Un docente que «quería que fueras proactivo, que aprovecharas toda tu potencialidad». Un 'progre' con mucho carisma, un profesor vocacional y «cariñoso» que suponía un aire fresco en las aulas. Sus clases, «muy dinámicas», eran de las preferidas de sus alumnas por lo innovadora de aquella docencia. «En Matemáticas, por ejemplo, se esforzaba mucho en que lo aprendieras, en que lo entendieras».

En los recreos del Jimena, Elma Sánchez sirvió incontables cafés y pinchos de tortilla a Tini. «Hablaba con todo el mundo, era muy cercano», recordó la entonces responsable de la cafetería.

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