Presidencia refuerza la protección de Moncloa tras admitir una brecha de seguridad en la detección de paquetes bomba

El proceso para taponar esta brecha de seguridad en el complejo en el que trabajan ciertos de personas además del jefe del Ejecutivo comenzó a finales de la pasada primavera, después de que el Departamento de Seguridad de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno reconociera sin ambages en la 'memoria justificativa' del contrato del nuevo escáner que se habían encontrado fallas en la seguridad tras las «ultimas amenazas registradas en los controles de acceso del Complejo de la Moncloa con el envío de paquetes con sospechas de contener sustancias explosivas» y después de «los incidentes registrados el pasado año con el envío a diferentes organismos de la Administración de paquetes conteniendo material pirotécnico/explosivo».

En concreto, los técnicos de Presidencia denunciaron que el actual equipo de rayos x «que se utiliza para la revisión de la correspondencia y la paquetería de mano», está obsoleto, pues «cuenta con una antigüedad de 15 años, encontrándose al final de su vida útil». «Asimismo, el citado equipo no cuenta con la tecnología adecuada para la detección de determinados paquetes», llegó a admitir el Departamento de Seguridad el pasado 7 de junio.

Esa campaña de envíos-bomba que puso en alerta a los técnicos de Presidencia fue la protagonizada por Pompeyo González, de 74 años, el jubilado de Miranda de Ebro (Burgos), detenido por el envío de seis cartas con material pirotécnico en noviembre de 2022 al presidente Pedro Sánchez, a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a las instalaciones de la empresa Instalaza en Zaragoza, a la embajadas de Estados Unidos y Ucrania en Madrid y al centro de satélites de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz. El pasado junio el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama procesó al este septuagenario (que dijo actuar por afinidad pro-rusa en el conflicto con Ucrania) por delitos de terrorismo y fabricación y empleo de artefactos explosivos con finalidad terrorista.

Aunque solo el artefacto enviado a la legación Ucraniana llegó a estallar sin provocar apenas daños, al parecer aquellas cartas sí que revelaron las deficiencias en algunos de los actuales escáneres que operan en la Administración, hasta el punto de que la mayoría de los envíos tuvieron que ser explosionados sin llegar a determinar la composición y disposición exacta del artefacto porque los mandos decidieron no poner en riesgo vidas de los Tedax para desactivarlos.

Por ello, la Secretaría de Estado de Seguridad, que es la que al final corre con los gastos de protección del recinto de Presidencia, ha decidido comprar este septiembre un «equipo de rayos X con doble tecnología de visionado 'Dual View'» a la empresa Telecomunicación Electrónica y Conmutación por valor de casi 57.000 euros, incluido IVA.

Según se desprende de la documentación oficial del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, la gran ventaja de esta máquina es «que a la hora de inspeccionar un paquete se puede obtener diferentes imágenes del mismo objeto en la misma posición y poder tener una visión 2D que permite una determinación más exacta del contenido interior». O sea, recalcan los técnicos, el paquete puede ser inspeccionado en profundidad «sin necesidad de tener que abrir el contenido del mismo con la peligrosidad que acarrearía».