De todos las formaciones que componen este sostén del Gobierno, Esquerra, EHBildu y PNV son las que acaparan todos los focos por su fuerza parlamentaria. Los republicanos reconocieron este martes que no se cierran a alcanzar una cuerdo con Ferraz, pero su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, prefirió mantener la equidistancia dando una de cal y otra de arena. «Estamos iniciando el proceso de mejora de la ley, pero no queremos fomentar una tormenta que podría haberse evitado y que puede tener consecuencias letales», zanjó. El diputado soberanista también lanzó un guiño al partido que dirige Ione Belarra y avisó que sus votos no van «a contribuir al regreso del calvario probatorio de la legislación anterior», en referencia al debate por el consentimiento como eje central de la norma.
Precisamente esta es la cuestión que más dudas genera en EH Bildu, que considera la propuesta socialista «un paso atrás». Sobre todo después de la tormenta política levantada por las palabras pronunciadas este martes por la ministra de Justicia, Pilar Llop, con las que insinuaba que el principal cambio que introducirá su proposición es recoger la necesidad de «una herida» para demostrar«violencia o intimidación». «Si para que el consentimiento sea efectivo y los jueces crean a las víctimas estas tienen que demostrar signos de violencia, volveremos al modelo anterior», advirtió sin ambages su diputada Bel Pozueta.
Por su parte, el PNV también mostró su «sorpresa» de que el debate sobre este tema «tan importante y delicado» se esté llevando a cabo «en los medios de comunicación» y que ellos hayan conocido las propuestas del Gobierno en esta materia solo que por lo que han leído. El portavoz parlamentario de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, criticó que el PP ya haya mostrado su apoyo al PSOE antes de «saber exactamente» lo que propone y con el objetivo de crear «una brecha en la coalición» y obtener «rédito» político.
Elegir el mal menor
En esa tesitura, el PSOE se encuentra ante un nuevo brete del que ya saca partido su socio de coalición. El presidente del Grupo Confederal de Unidas Podemos, Jaume Asens, y otras voces del espacio morado empiezan a alentar el dilema que se cierne sobre Ferraz, el del elegir mal menor «entre sacar la ley con el PP y Vox o los aliados de investidura». Por ello, ya negocian con el bloque de investidura al tiempo que son conscientes de que estos partidos «conocieron el lunes la propuesta del PSOE y necesitan tiempo para estudiarla», como explican fuentes parlamentarias.
Pese al intercambio de golpes, Más País, Compromís y el PDeCAT, creen que aún hay posibilidades de que PSOE y Unidas Podemos alcancen un acuerdo 'in extermis' para reformar el 'solo sí es sí' sin abrir una grieta en la coalición. En la rueda de prensa anterior a la Junta de Portavoces Íñigo Errejón pidió al Gobierno que no haga de este tema un «caballo de batalla» y «traiga una propuesta con acuerdo» que pueda contar con el «mismo apoyo» con el que contó la norma estrella del Ministerio de Igualdad.
La tramitación de la proposición del PSOE se calificará el próximo martes en la Mesa del Congreso, ya que se registró el lunes y el reglamento de la Cámara baja no permite que se debata en dicho órgano hasta la semana siguiente. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ya avanzó que no se opondrían a ello al «no tratarse de un asunto anticonstitucional».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.