Tras cuatro años con su mandato caducado, la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CPGJ) vuelve a ser una cuestión de nombres. Aunque tanto PSOEcomo PP insisten –sin dar nuevos detalles– en que las negociaciones están «encarriladas», lo cierto es que las conversaciones se ... han vuelto a topar, como sucedió en 2020, con el «veto»de los populares a la candidatura de la jueza VictoriaRosell para ocupar una de las vocalías. Podemos ha marcado como línea roja a los socialistas la inclusión de su antigua diputada en el órgano de gobierno de los jueces –su «candidata favorita»– y este lunes redoblaron la presión sobre Ferraz para tratar de sortear la negativa del partido que lidera Alberto Núñez Feijóo. Al mismo tiempo advierten de que no estarán «en ningún acuerdo» que excluya a Rosell, que se ha convertido en el escollo principal, al menos en público, de las conversaciones.
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El PP ya puso sobre la mesa la exigencia de no elegir «perfiles políticos» entre los aspirantes. Rosell, que actualmente ocupa el cargo de delegada del Gobierno para la violencia de género, concurrió en las listas de Unidas Podemos para las generales de 2015 y 2019, por lo que quedaría excluida por este criterio. En Podemos calificaron este lunes como «chiste de mal gusto» que los populares se escuden en la despolitización de la justicia ya que, entienden, han propuesto en instituciones judiciales a magistrados «claramente alineados con sus planteamientos».
El coportavoz de los morados, Javier Sánchez Serna, insistió este lunes en que la postura delPPrespecto a Rosell responde a «una venganza», todo después de que el exjuez Salvador Alba entrara en prisión la semana pasada para cumplir una pena de seis años por conspirar contra ella. También creen que se trata de una magistrada «ejemplar», «brillante» y «decente». Aunque evitan hablar de líneas rojas y denominan su propuesta como «de decencia democrática». El argumento en el que se escudan es que el CGPJ«debe reflejar el pluralismo de este país y no solo el bipartidismo». También aseguran que ellos no han vetado a ningún candidato propuesto desde Génova.
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Sara I. Belled Lourdes Pérez Mateo Balín
Podemos ya propuso a Rosell hace dos años, cuando las conversaciones para poner fin a la interinidad del Poder Judicial estaban igual o más avanzadas que ahora. Fue entonces el PSOE el que recomendó al socio minoritario del Gobierno, que entonces dirigía Pablo Iglesias, que renunciara al nombre de la jueza por su cercanía. Estos optaron por el magistrado José Ricardo de Prada, uno de los autores de la sentencia del 'caso Gürtel' que propició la moción de censura contra Mariano Rajoy, y que acabó dinamitando el acercamiento tras ser vetado por la dirección de Pablo Casado.
Ahora, al contrario que entonces, los morados presionan directamente al PSOE y le piden «firmeza» para no aceptar el «veto» a Rosell. Una exclusión que consideran «injustificable» y que de mantenerse impedirá, señaló Sánchez Serna, el visto bueno de los morados a cualquier acuerdo que se alcance. El coportavoz recalcó que no están planteando salir de ese pacto, sino que el resultado sea «justo y con todas las fuerzas políticas en igualdad de condiciones». Todo después de que consensuaran con el PSOE que Unidas Podemos pudiera proponer dos vocales al organismo.
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Precisamente el equilibrio entre las distintas confluencias del espacio morado es la tercera arista que enreda las negociaciones. Desde la formación que lidera Ione Belarra se traslada esta presión a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, coordinadora del espacio morado, y sobre Enrique Santiago, secretario general del PCE y cabeza de la delegación morada en las negociaciones. Una pugna interna que se intensifica con la cercanía de los comicios locales y regionales de mayo del año que viene y la inquietud que genera la indecisión de Díaz respecto al futuro de su proyecto político.
La también ministra de Trabajo ya se encargó de rebajar el tono hace dos semanas, cuando desde Podemos mostraron su malestar por no formar «parte activa» de las negociaciones.También ha evitado deslizar nombres. Una estrategia reventada por Podemos, que ha puesto en la palestra el nombre de Rosell. Sin embargo, los morados afirman que la magistrada suscita «unanimidad» en todo el espacio confederal.
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