Pilar Manjón deposita unas flores ante el memorial que recuerda a las víctimas del 11M en la estación Atocha. EFE
11-M

Pilar Manjón: «Él pide perdón pero yo sólo se lo concederé el día que me devuelva a mi hijo. Eso es nunca»

El rostro más visible de las víctimas del 11-M y expresidenta de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo afirma que Trashorras «sólo quiere llamar la atención»

Soraya Pérez

Gijón

Miércoles, 6 de marzo 2024, 01:00

Aunque hayan pasado veinte años, el dolor de las familias víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 sigue siendo tan fuerte como el primer día. No hay consuelo para ellos ni perdón posible en su corazón. Así lo corroboró, Pilar ... Manjón, rostro más visible de las víctimas y expresidenta de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo, quien en aquella masacre perdió a su hijo Daniel Paz. Ahora, el exminero avilesino José Emilio Suárez Trashorras, el hombre que facilitó los explosivos a los terroristas del 11M, ha pedido perdón desde la cárcel. A ella y a todas las familias de las víctimas del atentado que segó la vida de 191 personas y otras 1.587 resultaron heridas. Lo hizo en una conversación con su abogado publicada ayer en exclusiva por EL COMERCIO.

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«Él pide perdón pero yo sólo se lo concederé el día que me devuelva a mi hijo. Y eso es nunca», afirmó emocionada a este periódico Pilar Manjón. «Siempre será un asesino, me da igual que me pida perdón», añadió.

Con respecto a la petición de eutanasia que ha solicitado Trashorras, Pilar Manjón, fue rotunda al asegurar que «seamos realistas. Cuando cumpla otros veinte años de prisión estará fuera de la cárcel. Él no quiere la eutanasia, lo único que quiere es llamar la atención».

Manjón recordó que, a pesar de todo su dolor, «yo no puedo ser como él. Por eso cuando murió su madre hace unos años yo fui la que autorizó al juez para que le permitiera despedirse de ella durante dos horas. Un placer que yo no tuve. A mí nadie me dejó despedirme de mi hijo y, sin embargo, yo sí tuve esa consideración con Trashorras. Quiero que esto jamás se le olvide».

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El avilesino José Emilio Suárez Trashorras, además de reclamar la eutanasia, también pide que se le juzgue con perspectiva, pues considera que ahora no tiene la misma madurez que tenía hace 20 años, cuando era muy joven. Ante esto, Pilar Manjón fue muy clara y señaló «que juzgue él con perspectiva lo que le hizo a mi hijo». En este sentido, reiteró que «él puede pedir perdón como yo puedo pedir un chalet, igual de absurdo».

Aunque el 11 de marzo de 2004 se vivió el atentado más sangriento de la historia de España, a otras familias también les ha tocado vivir esta fatídica experiencia a lo largo de la historia. El dolor es el mismo y no se cura, sólo cambian los autores.

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Familias de víctimas de ETA

El avilesino Rubén Leal, hermano de una de las víctimas del etarra Josu Uribetxeberria, también se pronunció sobre el supuesto arrepentimiento que ha manifestado José Emilio Trashorras.

«No dudo de que esté arrepentido porque cuando colaboró con el atentado del 11M era muy joven y es normal que después de varios años en la cárcel haya podido reflexionar sobre sus actos. Pero no hay perdón para quien es terrorista o colabora con el terrorismo, ni nunca lo habrá. La muerte de mi hermano sigue doliendo como el primer día».

Con respecto a su petición de recibir la eutanasia, Leal destacó que deberían permitírsela. «A mí, desde luego, no me va a doler que se muera, me duele mi hermano a quien le quitaron el derecho de vivir. Creo que es justo lo que pide. Deberían concedérselo», enfatizó.

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También María José Rama, familiar de otra persona asesinada por ETA, indicó que «cuando has perdido a alguien querido por un acto terrorista la vida te cambia para siempre y no hay nada, absolutamente nada, que se pueda hacer. No hay perdón que valga». Y añadió: «No pienso que sea correcto negarle su petición de eutanasia, a fin de cuentas, tener a una persona en una cárcel es un gasto para el Estado. Y si él mismo desea morir, creo que deben respetar esa decisión. Teniéndolo en la cárcel se corre el riesgo de que algún día salga en libertad».

Por último, Francisco Íñigo Blanco, hermano de Miguel Íñigo, otra de las víctimas de ETA, aseguró que «después de matar a muchas personas o colaborar en un atentado no se puede pedir perdón. El perdón es una palabra insuficiente cuando se trata de la vida de personas inocentes. Aunque si para él, la eutanasia es una forma de disculparse, entonces cuando muera, tiene mi perdón», dijo.

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En referencia a esto último, el hermano de Francisco Íñigo también calificó la eutanasia de «acto de cobardía. Trashorras lo pide porque quiere morir, pero sin dolor. Siempre he pensado que los terroristas son valientes para matar a los demás, pero sólo para eso», concluyó.

Lo que queda claro es que los únicos que pueden descansar son las víctimas, porque sus familiares, por mucho que pasen los años, jamás olvidarán.

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