Esquerra pide la abdicación de Felipe VI por amparar el 155 y por «salud democrática»

ERC pide asimismo que el Gobierno del Estado apruebe «un fondo extraordinario de 1.800 millones de euros» destinado a Cataluña «como reconocimiento y reparación económica del impacto» que causó la aplicación del artículo 155, una cifra que es la que ha estimado el Comisionado para el Desarrollo del Autogobierno.

Los republicanos se muestran especialmente duros con el rey en sus conclusiones y consideran que la aplicación del 155 supuso una involución democrática y que esto «modificó sustancialmente el rol del jefe del Estado», ya que el discurso de Felipe VI el 3 de octubre de 2017 «supuso un paso imprescindible para amparar y legitimar la aplicación del 155», y también la «del 'derecho penal del enemigo' contra el independentismo».

Según ERC, Felipe VI «abandonó completamente la máscara de neutralidad con la que se había justificado la monarquía», algo que se vio agravado, considera, por la complicidad del «establishment» para convertir su «inviolabilidad en impunidad criminal».

Reprocha, en este sentido, que haya habido una negativa de los partidos de ámbito estatal «a investigar no sólo las intervenciones políticas de la monarquía, sino también las más que acreditadas sospechas de presunta corrupción».

Unas sospechas, añade ERC, que han sido «acentuadas por las investigaciones de periodistas suizos -suficientemente creíbles como para impulsar la actuación de la fiscalía de Suiza- denunciando la existencia de un fondo procedente de las monarquías del Golfo» que se nutría de «comisiones procedentes de la intermediación de la monarquía (española) para conseguir negocios para las grandes empresas del Ibex».

Por estos motivos, ERC considera que, «independientemente de la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña», resulta necesaria «por salud democrática» la «abdicación de Felipe VI, una investigación exhaustiva sobre las interferencias políticas y la corrupción de la monarquía borbónica y un referéndum sobre monarquía o república en el resto del Estado».

Según ERC, «no se puede consolidar una democracia de calidad en el Estado español hasta que no se produzca un consentimiento explícito en la elección del jefe del Estado, una elección por separado que se evitó durante la transición, porque era más que posible que el resultado hubiese sido contrario a la monarquía, tal y como reconoció (el expresidente) Adolfo Suárez».