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CHELO TUYA
GIJÓN.
Jueves, 14 de marzo 2019, 04:16
«Para un gobierno feminista, acabar con la violencia machista es una prioridad». No hubo opción a preguntas de periodistas en su encuentro con los medios de comunicación, pero el presidente del Gobierno quiso dejar clara la posición del PSOE respecto a una lacra que ya suma doce feminicidios en lo que va de año. «Es violencia de género, no doméstica. Su dolor no es privado, es el de todos».
Su discurso, en el que recordó los tres últimos asesinatos «uno en Madrid, el mismo día en que miles de mujeres salían a la calle a manifestarse, y otros dos este fin de semana», llegó durante su visita a la Casa Malva, la que, en 2007, fue el primer centro integral del país de atención a víctimas de violencia de género. El primero, también, que perdía «la clandestinidad», para pasar a ser un edificio reconocido y reconocible, por su variada tonalidad malva, como recordó Yoanna Magdalena, la coordinadora de la Red de Casas de Acogida de Asturias. Hasta 2007, las víctimas de violencia de género eran trasladadas a domicilios protegidos por el anonimato.
«Ojalá llegue un día en el que la Casa Malva no sea necesaria», abogó Pedro Sánchez, aunque para ello reconoce que «es necesario la unidad y la inteligencia». Lo primero, dijo, «ya lo logramos, con el Pacto de Estado», y lo segundo «lo estamos demostrando con medidas como aportar fondos y devolver las competencias a los ayuntamientos».
Ante un público formado por la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo; el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, «hoy presidente en funciones», como recordó Pedro Sánchez; el presidente de la Junta, Pedro Sanjurjo, la delegada del Gobierno, Delia Losa, y la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, el jefe del Ejecutivo defendió que «el dolor de estas víctimas no es una crónica más en la página de sucesos. Es un acto atroz, un asunto que nos incumbe a todos».
En esa línea, tuvo un recuerdo para la mujer emblema de la violencia machista, Ana Orantes, quemada viva por su exmarido, con el que compartía vivienda, después de contar su caso en un programa de televisión. «Aquello fue en 1997. En 2004 llegó la Ley Integral», señaló Sánchez.
Una ley que fomentó la construcción en Asturias del primer centro integral, la Casa Malva, «por la que han pasado 1.200 mujeres desde su apertura», apuntó Yoanna Magdalena. El año pasado, por el centro pasaron 130 mujeres, así como 125 menores a cargo de las víctimas. «El 80% que llegan aquí lo hacen en situación de emergencia», destacó Magdalena, quien también advirtió del 'rejuvenecimiento' del perfil. «La mayoría tiene menos de 35 años» y que «el 96% fue agredida ante sus hijos. El 70%, en público». El presidente, reiteró su mensaje. «No es algo privado, es un asunto que nos incumbe a todos».
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