Un nuevo estilo de oposición

Frente al inacabable relato de Sánchez sobre las bondades de su política social, energética, antiinflacionista, europea y demás, Feijóo, con su conocida calma gallega, le recordó la 'cara b' que presenta hoy día la realidad española. Esta incluye el cierre de empresas por el descontrol de los precios energéticos, la deuda pública que duplica la media europea, una inflación disparada a una tasa interanual del 10,4% y el tan crudo como real dato de que somos el país a la cola de Europa en el ritmo de recuperación tras la crisis. Era un doloroso contraste con el torrente de autobombo que en una hora y cuarto había detallado el jefe del Ejecutivo.

Fue un relato sobre gasto público, ayuda a las empresas, rebaja de impuestos y «éxitos» en Europa en el que, con cierta cadencia reconocía que los tiempos son duros para la gente. Pero su actitud, su entonación y la inflexión del discurso traicionaban su intento de hacer llegar al Senado un mensaje en positivo. Más bien destilaba una actitud un punto victimista. Parecía que Sánchez se sentía injustamente tratado porque la oposición no le reconoce sus méritos, mientras que en las encuestas no se le valora como se merece. Frente a ello, el nuevo líder de la oposición le recordaba, sin levantar la voz, sus volantazos e improvisaciones, las contradicciones y líos de su Gobierno de coalición con Podemos, o sus fantasmas conspiranoicos sobre medios de comunicación al servicio de poderes ocultos y de empresas energéticas con beneficios «extraordinarios».

El mantra que tenía preparado Sánchez como respuesta a la intervención de Núñez Feijóo se resumía en un traje de dos piezas: «Lo de usted es insolvencia o mala fe». Un intento de descalificación «profesional» en el que se han afanado ministros y portavoces durante los meses de verano. Así que Feijóo acabó por reprocharle a Sánchez que en lugar de crear un comité anticrisis en la Moncloa haya creado un comité de campaña en Ferraz.

El presidente del Senado, Ander Gil, también echó una mano para la puesta en escena de un debate dopado a favor de Sánchez con una llamativa desproporción de tiempos. Con rigor militar cortó los escasos minutos reglamentarios del jefe de la oposición mientras el presidente disfrutaba de barra libre. Pero al final, el tiempo no fue determinante cuando Feijóo lanzó a Sánchez como un latigazo: «Con el recibo de la luz más caro de la historia, ¿porque está tan contento?».