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Pablo Iglesias se ha implicado en la campaña catalana del 14-F. EFE

Los ministros del PSOE, en tromba contra Iglesias para apoyar la democracia española

Marlaska y Robles rechazan sus críticas mientras el vicepresidente insiste en que es una «obviedad» que no hay «plena normalidad»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

MADRID.

Viernes, 12 de febrero 2021, 02:48

La guerra abierta dentro del Gobierno por las declaraciones de Pablo Iglesias sobre la calidad de la democracia española sigue sin tregua. El vicepresidente segundo insistió de nuevo ayer en la misma tesis y los ministros socialistas siguen intentado amortiguar sus manifestaciones. En esta ocasión fueron dos de los principales referentes socialistas en el Ejecutivo: Fernando Grande Marlaska y Margarita Robles, quienes recalcaron que España «es una democracia plena». Todo, a cuatro días de las elecciones catalanas.

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El próximo 14-F no solo está en juego la configuración del futuro Gobierno en Cataluña, cualquier temblor que se produzca este domingo tendrá una réplica multiplicada en el Congreso de los Diputados. Consciente de la importancia de la cita, Iglesias ha terminado acaparando la atención mediática de la campaña electoral de En Comú Podem, la confluencia catalana de Unidas Podemos. Primero -y en un guiño hacia ERC y Junts- al comparar a los exiliados republicanos con la situación del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, huido en Bélgica tras la convocatoria del referéndum del 1-O. Y ahora, centrando el debate político en la calidad democrática de España que, a su juicio, es «insuficiente».

Ayer volvió a insistir en ello. «Decir que no hay plena normalidad democrática es verdad. Es una obviedad», defendió en una entrevista en Rac1. Preguntado por las tensiones que sus palabras han podido provocar en el Gobierno, Iglesias aseguró que ningún miembro del Ejecutivo le ha sugerido que deje su puesto a raíz de esta polémica. «No. Vamos, solo faltaría», recalcó. También reconoció que aún no ha hablado con Pedro Sánchez sobre esta cuestión.

El líder de Podemos dice que nadie del Gobierno le ha pedido que se vaya. «Solo faltaría».

Como ejemplo de situaciones que no se enmarcan en una democracia plena, volvió a citar la «huida» del rey emérito Juan Carlos I a Emiratos, el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial o la mediación que realizó el consejero de Justicia madrileño, Enrique López, entre el abogado del PP y el entorno de Luis Bárcenas.

Los socialistas siguen subrayando que el tono usado por Iglesias tiene que ver con las elecciones catalanas y que una vez pase la cita con las urnas todo se reconducirá. Mientras tanto, los ministros del PSOE están echando mano de la misma estrategia: defender la democracia española sin desautorizar frontalmente a Iglesias.

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Grande-Marlaska, por ejemplo, ensalzó ayer la «democracia moderna, avanzada y libre que sin duda somos», mientras que para Robles «España es una democracia plena, una de las más avanzadas del mundo, con instituciones sólidas, con derechos y libertades consolidadas». La ministra de Defensa añadió que todo se puede mejorar, pero insistió en que los «principios» democráticos de España son un ejemplo» para muchos países.

En una demostración de cómo está el ambiente, la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra, de Podemos, respondió a Robles: «Una democracia plena habría dejado de vender armas a Arabia Saudí para ser usadas en la guerra de Yemen».

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Manifiesto

Con estos precedentes, antiguos dirigentes socialistas, como Joaquín Leguina y José Luis Corcuera, junto a intelectuales y políticos de otros partidos han firmado un manifiesto que reclama el cese de Iglesias por ponerse «al lado del crimen» al afirmar que en España no hay una democracia plena y «difamar» las instituciones públicas.

La plataforma 'La España que Reúne' hizo público ayer el manifiesto 'César en la infamia: Pablo Iglesias debe ser destituido', que además de los exdirigentes socialistas también han rubricado, entre otros, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, y antiguos ministros como José Manuel García Margallo, además de políticos como Manuel Valls y Cayetana Álvarez de Toledo.

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