J. L. GONZÁLEZ
GIJÓN.
Martes, 24 de septiembre 2019, 04:46
La portavoz del PP en la Junta General del Principado, Teresa Mallada, zanjó ayer con unas escuetas declaraciones la noticia de que Mercedes Fernández dejaba la presidencia de los populares en la región. «Es una decisión personal ante la que muestro mi más ... absoluto respeto», afirmó pocas horas después de que se conociera la decisión de la ya expresidenta.
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Enfrentada a Mercedes Fernández desde que fuera designada candidata a las elecciones autonómicas del pasado 26 de mayo, Mallada ha mantenido una tensa relación durante estos meses con la que fuera uno de sus apoyos en el seno del partido. Ahora, en medio de un proceso para elegir a la persona que se hará cargo de la formación en la región, muchos son los que en el partido no entenderían que la presidencia recayese en otra persona que no fuera ella.
El escueto mensaje de Mallada dejó también un mensaje a la unidad. La división interna que se escenificó los últimos meses, con declaraciones y acusaciones cruzadas, no suponen, en opinión de Mallada, problema alguno para afrontar un nuevo proceso electoral. «El partido en Asturias está perfectamente organizado y preparado para afrontar la que es una prioridad en estos momentos, las elecciones generales», afirmó la portavoz de los populares en Asturias, quien se fija un objetivo para las próximas semanas: «Trabajar todos unidos para que las gane nuestro presidente, Pablo Casado».
Antes de afrontar las elecciones tocará recomponer la dirección del partido, que en los últimos meses ha estado completamente separada del grupo parlamentario. La propia Mallada afirmó que eran los diputados autonómicos que ella lidera los que en realidad estaban centralizando la actividad del partido en la región, con un contacto permanente con las agrupaciones locales que permitía desarrollar un trabajo coordinado.
Los desencuentros con Mercedes Fernández han sido constantes desde que a inicios de año Pablo Casado la eligió como candidata a las autonómicas. Una situación que llevó a plantear la imposición de una gestora o la celebración de un congreso extraordinaria y que lleva vías de resolverse después de la dimisión de Mercedes Fernández. Ahora, quedará por ver si el PP asturiano es capaz de restañar sus heridas o sigue sangrando por el tajo de la división interna.
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