Mercedes Fernández reivindica su legitimidad y su poder como presidenta del PP de Asturias

Fernández, que admitió sin tapujos que el resultado de las generales es «malísimo», matizó que el dictamen de las urnas en modo alguno pone en cuestión el liderazgo del presidente nacional, Pablo Casado. Recordó que este ganó un congreso de forma «irreprochable» y que los resultados de los procesos internos «siempre» deben respetarse. Fue una comparación directa con su situación, después de que la dirección nacional decidiera apartarla de la candidatura al Principado y apostara en su lugar por Mallada. Su victoria en el congreso del PP de Asturias fue también «pulcra e irreprochable», apostilló, y eso debe también tenerse en cuenta.

A partir de ahí, la presidenta hizo gala del poder que mantiene en el seno del PP asturiano y recordó que el programa electoral autonómico, del que apenas nada se sabe aún, debe ser aprobado por el comité ejecutivo que ella encabeza y dio a entender, por tanto, que esa no es una competencia propia de la candidata. De hecho, llegó a fijar los grandes ejes que deben marcar el contenido de ese documento: educación, sanidad, medio ambiente y bajadas de impuestos, entre otras.

La candidata al Principado se incorporó al comité minutos después de que finalizara la intervención de la presidenta y alegó problemas de agenda, después de haber tenido que desplazarse a Madrid para cuestiones relacionadas con la campaña. Mallada evitó los asuntos espinosos, aseguró que no habrá problemas en lo relativo al programa y volvió a emplazar al aspirante del PSOE, Adrián Barbón, a un debate electoral a dos.