La crisis que lleva meses, años incluso, larvándose en el seno de IU estalló ayer en toda su magnitud al trascender una propuesta de la dirección federal para que la coalición pase de ser un partido al uso a un movimiento político y social ... . Un planteamiento que contempla «disolver» las federaciones que la integran, entre ellas la asturiana, centralizando el poder en Madrid. La noticia provocó un enorme impacto en el Principado, con amplios sectores de la organización dando por hecho que el objetivo de la iniciativa no es otro que «echarse en brazos de Podemos». Una mayoría de IU de Asturias, según distintas fuentes consultadas por este periódico, está por la labor de lanzar un proyecto propio, bajo el paraguas de la actual estructura política y jurídica de la organización, en caso de que Alberto Garzón y su equipo lleven a cabo sus planes.
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El documento elaborado por la dirección federal, titulado 'Propuestas e hitos para la construcción del movimiento político y social', plantea dar una vuelta a la estructura de IU como si de un calcetín se tratase. Ese tránsito desde un partido clásico a un movimiento más amplio se hace a partir de un «proceso de desaparición de las personalidades jurídicas de las federaciones», caso de la asturiana, que deberán «o bien disolver o bien modificar el nombre del partido que tengan registrado, de tal forma que Izquierda Unida (y sus siglas) no figure en la denominación de dicho partido». El movimiento tiene calado político pero también económico, porque con el objetivo de reducir la deuda galopante que arrastra IU federal, se abre el camino a que desde Madrid se puedan «centralizar recursos» -esto es, tomar fondos de las federaciones autonómicas- para tapar el agujero. Una pretensión que choca con el criterio de la organización asturiana, dispuesta a cooperar pero no a comprometer sus finanzas.
El conocimiento público del documento, que había llegado esta semana a las federaciones, provocó un encendido debate que se extendió por todo el país. La sospecha general, tanto en Asturias como en otras federaciones, es que se trata de un movimiento orientado a «abandonar el espacio y a los votantes de una izquierda transformadora solvente para echarse en brazos de Podemos», tal y como anotó, contundente, el portavoz en la Junta General, Gaspar Llamazares, para quien esta política supondría «un error dramático» que pondría en riesgo una mayoría de izquierdas en el Principado después de las elecciones autonómicas de 2019. «Colaborar no es disolverse», apostilló.
La escalada de la tensión obligó a comparecer al secretario de Organización, Alejandro Suárez, que hizo un llamamiento a la calma pero que dejó un mensaje con fondo. Recalcó que la existencia de la coalición en el Principado «no está en riesgo» y que su futuro «depende única y exclusivamente de nuestros afiliados». Afiliados que, como apostillaron algunas fuentes, ya se posicionaron a favor de que IU concurra a las elecciones de 2019 con las siglas y el proyecto propio, enfriando así una confluencia con Podemos. «Supongo que Garzón respetará lo que dijeron nuestros afiliados», indicó al respecto un veterano dirigente.
Con unos comicios locales y autonómicos a la vuelta de la esquina, el trasfondo electoral de esta controversia es evidente. En las filas de IU bulle la teoría de que el primer paso para la «disolución» en Podemos será la conformación de candidaturas conjuntas a la cita de 2019 en las que la representación de la coalición quede relegada a un segundo plano. Justo en un momento, razonan quienes expresan este temor, en el que Izquierda Unida es un «valor en alza» en el Principado, mientras que la formación morada se expone a sufrir un retroceso.
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En este punto hay que tener en cuenta que IU de Asturias es un partido con personalidad jurídica propia, federado a la organización nacional. Esto es, razonan desde la coalición, que tanto la identidad jurídica como la autonomía política, los recursos económicos y el patrimonio son propios y ajenos a injerencias externas. Sobre esta base, los distintos sectores que en la actualidad representan la mayoría de IU de Asturias apuntan que, decida lo que decida Garzón, la coalición estará en disposición de concurrir a las elecciones de 2019 con su proyecto y sus propuestas. Un reto para el que muchos sitúan a Llamazares como principal referente público.
La única duda es si, llegados a un punto extremo, IU de Asturias podría utilizar esas siglas o tendría que optar por otras. Lo que parece claro es que, en cualquier caso, el espacio político que ahora ocupa se mantendría. «Nuestro proyecto político no se disolverá, nuestras ideas siguen vigentes. Miles de asturianos y asturianas se referencian en ellas y no quedarán huérfanos», reflexionó el diputado Ovidio Zapico.
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La polémica adquirió tal calibre que llevó a Garzón a sostener que no hay proceso alguno de absorción en Podemos, que el objetivo es «fortalecer» IU y que no se pretende arrebatar ni la autonomía ni las siglas a las federaciones.
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