Mayor Oreja: «El Frente Popular que nos gobierna no tiene límites ni los tendrá»

Porque, a juicio de Mayor Oreja, esa es una de las lecciones que nos deja la aprobación de la ley de eutanasia. Una norma que equiparó con la del aborto: «Si el aborto, su legalización y su posterior legitimación social supusieron la expresión del mal, la eutanasia significa el avance de la socialización del mal». O lo que es lo mismo: «Con la eutanasia, el mal se socializa porque habrá miembros de una misma familia que participen en la decisión de acabar con la vida de una persona» movidos por «las malas pasiones, el egoísmo, las ventajas de hacer desaparecer a alguien que molesta, el dinero, la anticipación de una herencia, la comodidad...».

Y fue aún más allá en su argumentación, aludiendo a los «años de plomo» en el País Vasco: «Si ETA socializó el miedo, lo mismo sucede con el aborto y la eutanasia».

Pero, lejos de ser esta una amenaza puntual, defendió que la ley «no debe aislarse de otras medidas que se están aprobando en España», sino que «es una pieza más de la destrucción de un orden social contrario a lo que nos ha enseñado el cristianismo, que pretenden sustituir por el desorden».

«Un proyecto de ingeniería social -aclaró- que está avanzando en todo el mundo, pero en España es de tal magnitud que puede hablarse de una aceleración» propiciada por «políticos, medios de comunicación, empresarios... que lo han relativizado todo y ya no son ni políticos, ni medios, ni empresarios». De forma que, para ellos, «no es suficiente la eutanasia», sino que «hay que regular simultáneamente la transexualidad para que los menores puedan cambiar de sexo sin el consentimiento de sus padres». Y lo mismo ocurre «con la ley de infancia o la educación, con ese currículum grotesco, la ley de libertad sexual y, por supuesto, con la ley de memoria democrática», que «constituye un ataque mortal a la libertad de expresión y de cátedra». Iniciativas «prioritarias» para ese «Frente Popular que nos gobierna, que está entrando como elefante en una chatarrería» y que persigue «destruir el régimen constitucional, pero que no se limita a eso», porque «no tiene límites ni los tendrá».

Un proceso «que comenzaron ETA y Zapatero, que cambiaron paz por una transformación total de España» y presidido por «el cáncer del relativismo, ompnipresente en la izquierda y la derecha políticas» y en el que «conviven un marxismo cultural y el dinero»: «Están implantando un entramado social, jurídico y legal implacable, muy poderoso, que pretende colocarnos a muchos fuera de la ley». Un plan que «está condenado al fracaso, pero el destrozo es seguro y será dramático», alertó. Y todo eso -concluyó- no es más que «la confirmación de que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. No hace falta ser historiador para saber que las prácticas eugenésicas produjeron la mayor tragedia del siglo XX en Europa y que cuando en España una parte trata de imponerse a otra las consecuencias son traumáticas».

Así que, con ese negro panorama en el horizonte, Mayor Oreja propuso varias «líneas de acción» para «resistir la persecución, nada nuevo en la vida de los cristianos», «no ser el hazmerreír de las nuevas generaciones» y «aprender a querer a nuestra civilización»: «No podemos estar pidiendo perdón todos los días por las cosas malas que hemos hecho».

Un plan maestro en el marco de una «Unión Europea que está perdiendo el alma» y que requiere «un profundo cambio de actitud personal que luego habrá que hacer colectivo» y «no colocarse de perfil», de forma que se cree «un pequeño Estado Mayor». Él ya se ha puesto manos a la obra para «cambiar la moda imperante relativista» y «salvar a la humanidad en su conjunto» a base de «minorías creativas» y, con ese objetivo, anunció la creación de una plataforma de pensadores europeos y un lobby cultural: «Neos. Norte, este, oeste y sur, como símbolo de una brújula».