«Están vendiendo la libertad y la igualdad como los delincuentes: a escondidas»

«La amenaza se redobla porque el presidente del Gobierno, tras perder las elecciones y con la única intención de perpetuarse en el poder, se ha puesto al frente del movimiento independentista que busca derrotar al Estado, buscando romper la igualdad entre españoles, amordazando jueces y fiscales, humillando a nuestro pais», continuaba Queipo.

Y tras indicar que «están vendiendo la libertad y la igualdad como suelen hacerlo los delincuentes: a escondidas, ocultándose y engañando», ha subrayado que «no nos ponemos de rodillas ante los que odian la democracia. No nos vamos lejos, orgullosos de nuestra Carta Magna, de nuestra democracia, de España». Unas palabras que han sido recibidas con una ovación.

Tras la concentración del PP, a la que se ha unido Vox y que ha reunido a más de 6.000 personas según el Cuerpo Nacional de Policía, muchos se han quedado para acudir a la sede de la FSA, donde había convocado Vox. La calle Santa Teresa de la capital asturiana estaba abarrotada. «Déjate de negociaciones, queremos elecciones» y «España se defiende, no se vende» son algunas de las proclamas que se escuchan. Hay manifestantes que se han dirigido a la sede de presidencia del Gobierno

Tras las manifestaciones convocadas en la plaza de España y la sede de la FSA por PP y Vox, respectivamente, la protesta se ha trasladado al edificio de la presidencia del Principado, custodiado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Siguen los cánticos de «¡España unida, jamás será vencida!, ¡Puigdemont, a prisión!, ¡Pedro Sánchez, dictador!, ¡España se defiende, no se vende! y ¡Esta amnistía la vamos a parar!». A las más de 6.000 personas en la plaza de España se ha unido otra riada de gente, que ha salido a la calle «contra el ataque a la Constitucion», «la venta del país» y el «pacto con un prófugo de la justicia». «Esto no es lo que votamos» se puede leer en una de las pancartas entre la multitud que teme «la deriva que está tima do el país, con mucha más desigualdad e inestabilidad». «Se puede liar gorda», decía uno de los manifestantes