El Gobierno sigue buscando la forma de revertir el roto que le hicieron a principios de semana el PP y Junts, mano a mano, con su enmienda para suspender el impuesto a la producción eléctrica, pero asegura no albergar temor alguno a que este ... episodio marque el principio de una fructífera amistad que pueda llevar a Alberto Núñez Feijóo a la Moncloa, como vaticina el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián. Pedro Sánchez se mostró este miércoles muy tranquilo al respecto durante la tradicional copa de Navidad para la prensa en el Palacio de la Moncloa y expresó su confianza en que, pese a sus advertencias, el partido de Carles Puigdemont acabe negociando y dando el visto bueno a los Presupuestos.
Publicidad
El presidente, como sus principales negociadores –la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, y el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños–, evitaron dar muestras de que no se toman en serio el tirón de orejas del expresidente de la Generalitat y su aviso de que el crédito gubernamental está ya en «números rojos». Este miércoles, fue la portavoz parlamentaria de los posconvergentes, Míriam Nogueras, la que insistió, en la sesión de control al Gobierno, en que no van «de farol» y en que si de verdad quieren contar con su apoyo, los socialistas tendrán que «mover el culo» y cumplir sus compromisos. Pero una cosa es que el Ejecutivo asuma que tendrá que «sudar el apoyo a cada ley» y otra que crea que Junts está dispuesto a aliarse con los populares para hacerlos caer. Eso, según Sánchez, es «política ficción», carne de «tertulias», pero poco más.
Noticia relacionada
El jefe del Ejecutivo entiende que está blindado porque «cualquier acercamiento» al PP «abre grietas» a Junts en la política catalana y cualquier ligazón con Junts, más allá de lo coyuntural o meramente «tacticista», abre al PP «un frente interno y un frente externo» con Vox. Los socialistas aseguran, además, que al margen de las evidentes tensiones y de la necesidad de Puigdemont de dejar claro de cara al mundo independentista que él no regala nada, la conversación con su partido no se ha roto en ningún momento.
Nogueras reveló este miércoles en RNE que, pese a que todo el mundo habla de los Presupuestos –entre otros, aliados parlamentarios como el PNV, que, según ha declarado, lleva ya un par de semanas de negociación–, el Gobierno no ha abierto aún esa «carpeta» con su formación, que exige como paso previo resarcir a Cataluña por el presupuesto no ejecutado en años previos. Es más, afirmó que su sensación es que Sánchez pretende acabar prorrogando las Cuentas sin más. El presidente aseguró que no es así.
Publicidad
En el Ejecutivo sí admiten que con Junts no hay aún negociación presupuestaria. Tampoco, dicen, con ERC porque se está a la espera de que este fin de semanas elija definitivamente a su próximo líder. Pero insisten en que sí se está hablando de otros asuntos, como la senda de estabilidad presupuestaria, antesala de los Presupuestos, y de la delegación de las competencias sobre inmigración, un asunto polémico que Junts arrancó al PSOE ya en enero, en la agónica negociación de los primeros reales decretos leyes de la legislatura, y sobre el que, según sostienen, se ha logrado «avanzar» mucho.
Avisa a Podemos y a los posconvergentes de que «la ciudadanía ve que la amenaza son PP y Vox»
El jefe del Ejecutivo se da a sí mismo un «notable alto» en lo político y en lo económico
Admite que aún no habla con Junts de números después de que Nogueras le exigiera «mover el culo»
Sánchez reiteró además que su intención es presentar sí o sí los Presupuestos «en el primer trimestre del año». Los plazos que el propio Gobierno se había marcado se han ido alargando paulatinamente desde el verano al son de la coyuntura política y lo que iban a ser unas Cuentas presentadas en tiempo y forma, es decir, antes del 30 de septiembre, llevan ya dos meses y medio de retraso y subiendo. En el Gobierno remarcan, además, que no solo Junts va a obligarles a un intenso esfuerzo negociador, también dan por hecho que Podemos será especialmente reivindicativo, como ya ocurrió con la reforma fiscal. Pero precisamente el hecho de que todos sus aliados acabaran aceptando el pasado 20 de noviembre esa iniciativa, la que a más aristas podía tener en términos ideológicos para todo ellos, es, a su juicio, un motivo de esperanza.
Publicidad
El presidente subrayó que es consciente de que gobierna en minoría e insistió en que está dispuesto a «sudar la camiseta y más». Incluso afirmó no tener «ningún problema» para reunirse con Puigdemont. Pero también reivindicó que España está «en un momento muy bueno» y, tras haber exhibido en varias ocasiones en el pleno del Congreso el análisis del semanario 'The Economist' que señala a España como el país que mejor lo ha hecho en términos económicos este año en la OCDE, se puso a sí mismo un «notable alto» también en el ámbito político.
El Ejecutivo sigue defendiendo como uno de sus logros la «normalización» de Cataluña y en el gabinete del presidente presumen de que ni eso ni la polémica ley de amnistía ni lo que presentan como «acoso» judicial les está pasando factura desde el punto de vista electoral. De hecho, aseveran que siguen manteniendo la intención de voto de julio de 2023 tras las últimas generales. Y con esa convicción Sánchez avisó tanto a Junts como a Podemos, que este miércoles volvió a advertir de que sin impuesto a las energéticas no habrá Cuentas públicas:« Cuando plantean estos pulsos tienen que ser conscientes de que la ciudadanía ve que la amenaza son PP y Vox».
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.