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Jésica Rodríguez, pareja de José Luis Ábalos entre octubre de 2018 y noviembre de 2019, declaró este jueves ante el juez del Tribunal Supremo ... que investiga el 'caso Koldo', la presunta trama de compraventa de mascarillas a cambio de comisiones que salpica al Gobierno. Su testifical era una de las más esperadas, dado que aparece en el centro de varios de los indicios delictivos que apuntan al exministro de Transportes. Y, aunque trató de desvincularlo directamente de cualquier ilegalidad, Rodríguez deslizó algunos detalles en dos episodios ciertamente comprometedores para el exdirigente del PSOE: el pago del alquiler del piso donde ella vivió en Madrid y, sobre todo, las gestiones para trabajar en dos empresas públicas, una de ellas perteneciente a Transportes.
Sobre este asunto, la compareciente admitió al juez Leopoldo Puente que cobró de Ineco y de Tragsatec durante dos años y medio sin llegar a trabajar y que «imagina» que la llamaron por «encargo» de Ábalos, según recoge la transcripción de su declaración a la que ha tenido acceso este periódico. «Me dijo (José Luis) Ábalos que era bueno que trabajase mientras estudiaba. Le mandé mi currículo laboral por Whatsapp y a finales de febrero (de 2019) me llamaron por teléfono diciéndome que tenía que echar mi carta de presentación en una web, pero yo no la mandé», explicó.
Posteriormente, relató que la entrevista en Ineco «fue muy sencilla, para conocerme», y la ocupación era de auxiliar administrativo por su formación como estudiante. Su jefe era Joseba García, hermano de Koldo, pero éste «nunca» la llegó a recurrir a ella pese a que sí recogió su ordenador portátil e hizo un curso de prevención de riesgos laborales.
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En los 24 meses que estuvo en esta empresa de Transportes cobró 1.060 euros al mes, el Salario Mínimo Interprofesional. Después, al igual que Joseba, se fue al mismo puesto a Tragsatec, donde estuvo seis meses recibiendo el SMI. «¿Usted no hizo nada en este tiempo?», le preguntó directamente el juez. «No», admitió la testigo.
Los informes de la Guardia Civil revelan que Jésica Rodríguez fue enchufada en estas dos empresas al poco de comenzar su relación «particular» con el exministro. Fue contratada primero desde el 1 de marzo de 2019 hasta el 28 de febrero de 2021 en Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco). Y luego, desde el 2 de marzo de 2021 hasta el 1 de septiembre siguiente, estuvo en nómina de Tragsatec, dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Ábalos sumó a Rodríguez a las comitivas oficiales de los viajes del Ministerio de Transportes fuera del país. Según el calendario de Koldo García, han aparecido hasta «16 vuelos a distintas ciudades de España y del extranjero» gestionados por el exasesor del ministerio. Entre ellos tres desplazamientos para participar en sendas cumbres en Rusia, Canadá y Emiratos. En una carta remitida a este periódico, el exministro sostuvo que esos viajes de Jéssica dentro de las comitivas fueron pagados siempre de su propio bolsillo.
«Desde tabaco hasta flores»
Rodríguez, que llegó al alto tribunal con unas gafas oscuras y casi embozada para ocultar su rostro, relató también alguna intimidad de su relación con Ábalos, quien estaba casado y vivía con su mujer e hijos cuando se conocieron. Contó que Koldo García «siempre le hacía todo» a su jefe, «hasta ir a por tabaco o comprarme unas flores». «El señor Ábalos siempre pagaba mis cosas», refirió la testigo sobre el entonces ministro y secretario de organización del PSOE.
También aludió durante los 45 minutos de su declaración al piso de alquiler donde vivió en el centro de Madrid. Aseguró al juez que desconocía si fue la presunta trama corrupta que dirigía el empresario Víctor de Aldama la que, durante tres años, abonó las mensualidades como forma de gratificación al exdirigente socialista, una de los principales indicios que pesan sobre él.
Dijo que en realidad ella gestionó el día a día de la vivienda con Koldo García, pero que nunca supo quién abonaba el alquiler del apartamento de lujo, a razón de 2.700 euros al mes, que ocupó en uno de los rascacielos de la Plaza de España de Madrid. Aunque aseguró que «imagina que Ábalos coordinándolo con Koldo». Una vivienda en la que estuvo hasta marzo de 2022, cuando la red de De Aldama decidió no seguir costeándolo tras el cese de Ábalos, según sostienen los investigadores.
Lo único que confirmó la compareciente es que ella no desembolsó un euro. La Guardia Civil afirma que el abono de esas mensualidades es uno de los principales indicios contra Ábalos, ya que los investigadores han certificado que De Aldama, a través de su socio Luis Alberto Escolano, abonó 88.101 euros para mantener su estrecho vínculo con el ministro y su entonces asesor.
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