El grupo popular se prepara para el inicio de un pleno de la Junta General del Principado. EFE / CEREIJIDO

La irrupción de Vox extrema la fragmentación del voto en la derecha asturiana para 2019

Aunque PP, Ciudadanos y Foro minimizan el tirón del partido en la región, admiten que la creciente dispersión complica las opciones de erigirse en alternativa a la izquierda

ANDRÉS SUÁREZ

OVIEDO.

Lunes, 15 de octubre 2018, 04:39

Si disputada es la batalla política en la izquierda asturiana, con PSOE, Podemos e IU en liza, la pugna se endurece por la derecha con la irrupción de Vox. La demostración de fuerza que el partido que en el ámbito estatal lidera Santiago Abascal hizo ... en el reciente acto de Vistalegre tiene también su lectura en clave regional, en una comunidad como el Principado en la que, además de la rivalidad entre PP y Ciudadanos, hay que sumar también la peculiaridad autonómica que supone la presencia de Foro. Con Vox serían cuatro partidos compitiendo por un similar caladero electoral, una fragmentación extrema que lleva a distintos dirigentes consultados por este periódico a temer que tal dispersión complique sobremanera las opciones de que prospere una alternativa clara al socialismo en la comunidad.

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Es verdad que, a estas alturas, todo son incertidumbres respecto del verdadero alcance del 'fenómeno Vox'. Solo se sabe que consiguió llenar el madrileño recinto de Vistalegre, histórico feudo hasta ahora de partidos de la izquierda como el PSOE o Podemos. Pero, suceda lo que suceda en adelante, la imagen está ahí y tiene su fuerza, y ha llevado la inquietud a los cuarteles generales de PP y Ciudadanos, en Madrid pero también en Asturias.

El temor no tiene que ver directamente con la posibilidad de que Vox consiga escaños, porque tanto en el seno del PP como en Ciudadanos se dan pocas opciones a que el partido obtenga representación en la Junta General. Dirigentes de ambas fuerzas aluden para justificar tal reflexión al hecho de que su estructura política en la comunidad es «muy frágil» y también a la histórica afinidad de las posiciones políticas en Asturias con la izquierda. «Es difícil para nosotros hacernos un hueco, no hay más que ver cuantas alcaldías tiene la izquierda y cuántas la derecha o cuántas veces ha gobernado el PSOE en el Principado y cuántas nosotros, así que imagínate para un partido como Vox, cuyas ideas son más radicales», razona un veterano cargo popular curtido en mil batallas electorales.

El motivo de la inquietud está en que, incluso sin llegar a tener presencia en el Parlamento asturiano, Vox podría hacerse con una apetitosa bolsa de apoyos a costa de PP, Ciudadanos o Foro, alimentando una dispersión del voto que pone las cosas más difíciles a la hora de pensar en superar al PSOE en particular, como partido tradicionalmente más votado en Asturias, y a la izquierda en general. «Algunos escaños se juegan en un puñado de votos, centenares o incluso decenas de papeletas, y esa fragmentación juega claramente en nuestra contra», observa un dirigente popular.

Mejor en las europeas

Es cierto que el criterio mayoritario en PP, Ciudadanos o Foro es que Vox tiene muy difícil hacerse un hueco en la Cámara asturiana y que probablemente sus expectativas sean mejores en unos comicios que coinciden en la misma fecha de la primavera de 2019, los europeos. Como también lo es que en el seno de estas formaciones hay quien hace matices a ese respecto. Es la opinión de quienes sostienen que si el conflicto en Cataluña continúa enquistándose, la formación que encabeza Abascal, con un discurso muy contundente en un debate en el que el Partido Popular no se ha encontrado cómodo en la etapa más reciente, puede encontrar un filón del que se beneficie tanto a nivel nacional como en el mapa autonómico.

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De momento, las fuerzas de la derecha asturiana prefieren ser cautas y esperar acontecimientos. Ninguna quiere contribuir a dar mayor visibilidad a Vox a la espera de saber si lo sucedido en Vistalegre fue flor de un día o si realmente tiene un respaldo social fuerte detrás. Pero es un hecho que sus dirigentes han pasado de observar ese fenómeno político con un cierto desinterés a tomárselo en serio ante la amenaza directa que representa para sus expectativas electorales en la triple convocatoria de 2019.

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