Durante años, hablar de transición en Cuba era tabú. Pero la realidad siempre se impone. Cuando se celebraron las elecciones del 11 de marzo, de las que salieron los 605 diputados que el jueves nombrarán al nuevo presidente, el vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), José Ramón Machado Ventura, y el titular de Cultura, Abel Prieto, coincidieron en utilizar ese término, transición, para definir el cambio generacional, que no político, que marcará formalmente la etapa en la que por primera vez en seis décadas un Castro no estará al frente del Gobierno, el PCC, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
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«Tenía que llegar un momento de una transición y aunque nosotros estamos en transición desde el primero de enero (de 1959) esta es generacional, ya se empieza a materializar», dijo Machado. Abel Prieto coincidía: «Esta especie de transición no traumática la llevan preparando Fidel y Raúl hace muchos años, poniendo en puestos clave a gente muy joven».
Sin embargo, en las calles se cree que «nada» cambiará. Raúl Castro deja la presidencia del Consejo de Estado y de Ministros, es decir, el Gobierno, pero se aprecia una salida a medias, ya que se mantendría al frente del PCC hasta el próximo congreso de 2021. Y según la Constitución, el único partido legal es «la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado».
De no renunciar a su escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Raúl Castro podría seguir como diputado hasta 2023. Se desconoce si otras figuras de la llamada 'generación histórica', como Machado Ventura o el comandante Ramiro Valdés, lo secundarán en el paso a un lado en el Ejecutivo. Pero todos son diputados y elegibles para los 31 cargos del Consejo de Estado.
Para la mayoría de los 11,2 millones de cubanos, el problema principal es económico. Las ayudas oficiales –las subvenciones, menguantes, los alimentos en la libreta de abastecimiento racionado, los precios bajos de agua, luz, teléfono y los gratuitos de educación y salud– son insuficientes. Cada cual se las arregla como puede individualmente para mejorar sus ingresos.
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Bisnieto de castropolenses
Este será uno de los retos que asumirá el próximo presidente, que, si no hay sorpresas y se mantiene la línea institucional por la que tanto ha abogado el general Castro, será el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel. Ingeniero, de 57 años, es bisnieto de castropolenses emigrados a Cuba a mediados del XIX. Los Díaz-Canel regenteraon en La Habana una conocida fábrica de muebles, La Perla.
Miguel Díaz-Canel nació después del triunfo de la Revolución que dio origen al castrismo. Comenzó su militancia en elPartido Comunista muy joven y escaló posiciones desde la base: fue delegado municipal y provincial antes de ser nombrado ministro de Educación, un cargo modesto, pero decisivo, que lo colocó en La Habana y en el Buró Político. Este descendiente de asturianos podría ser el primer civil en comandar las Fuerzas Armadas.
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Respecto a quién ocupará la posición de segundo del Ejecutivo cubano hay varias quinielas. Una teoría, quizá trasnochada, es que podrían dejar a Ramiro Valdés o a Machado Ventura para que la 'vieja guardia' mantenga el 'peso moral' en el Gabinete. En mayor consonancia con el tiempo de cambios, ha tomado peso los últimos días que asumiría ese cargo la vicepresidenta del Gobierno y primera secretaria del PCC en La Habana, Mercedes López Acea, de 53 años.
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