Iglesias convoca a la máxima asamblea de Podemos y se postula a la reeleción como líder

Iglesias ya había anunciado su deseo de que la próxima secretaria general de Podemos fuera una mujer, pero en el caso de volver a contar con la confianza de las bases, con este movimiento podrá mantenerse al menos dos años más al frente, ya que el Código Ético de la formación le permite ocupar hasta ocho años cualquier cargo público o interno. Aunque el plazo para convocar una nueva asamblea ciudadana no vencía hasta febrero de 2021, el momento que vive ectualmente de Podemos es uno de los más dulces de su turbulenta historia. Ya sin oposición interna, excepto la de la coordinadora de Podemos-Andalucía, Teresa Rodríguez, contraria al pacto con el PSOE, el vicepresidente del Gobierno podrá tutelar con comodidad su reelección como secretario general y manejar el timón del cambio de rumbo del partido.

«Es necesario poner a punto nuestra organización», adelantó ayer el propio Iglesias en el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos –que no se convocaba desde el pasado octubre–, antes de volver a desgranar los aspectos sociales y económicos del pacto con el PSOE.

Uno de los trabajos de albañilería que más urgen en Podemos es tapar las grietas que han dejado muchos de sus primeros espada con su ascenso al Gobierno, empezando por su portavoz parlamentaria, Irene Montero, ahora ministra de Igualdad. Las riendas de su puesto las ha tomado Pablo Echenique, otro histórico de la formación, que ahora deberá manejar al Grupo Confederal de Unidas Podemos con sumo tacto, en un Congreso en el que se tendrán que coordinar con sus socios del PSOE, mostrando unidad, y enfrentarse a una oposición que ya ha declarado que combatirá políticamente cada postulado de la coalición.

Precisamente otra de las incógnitas que deberán despejar será la de cómo articular la acción política del partido para diferenciarla de la actuación del Gobierno. «Tenemos que adaptarnos a esta nueva situación. Deben cambiar las formas, ahora somos parte de un Gobierno y a la vez mancharse junto a las mayorías sociales», explicaba ayer Rafa Mayoral, que ahora asume la portavocía del partido junto a la eurodiputada Idoia Villanueva, en sustitución de Noelia Vera, que la pasada semana ocupó su nuevo cargo como secretaria de Estado de Igualdad a las órdenes de la ministra Montero.

Otras de las bajas sensibles es la de Ione Belarra, hasta ahora secretaria de Coordinación Ejecutiva y portavoz adjunta en el Congreso, que saltó a la primera línea durante la baja maternal de Montero en el verano de 2018, donde cobró protagonismo, y que ha asumido la Secretaría de Estado de Agenda 2030; también deberán relevar al responsable de Economía de Podemos, Nacho Álvarez, nuevo secretario de Estado de Derechos Sociales.

En cuanto a la organización de la Asamblea Ciudadana, la dirección ha optado por no repetir sede en la plaza de toros multiusos de Vistalegre, que dio nombre a los primeros congresos de la formación y que se ha convertido en un lugar fetiche para los mítines de campaña de Vox. Quizá también se quieran alejar los fantasmas del pasado, de la batalla entre Iglesias e Íñigo Errejón cuyos postulados dividieron al partido en febrero de 2017, y que alzó al primero como líder, con un respaldo del 89% de los votos.