Operación 'Delta Papa': La Guardia Civil se prepara ante la «alta posibilidad» de «disturbios» en la desescalada

El instituto armado avisa también de manera «confidencial» de que la crisis del coronavirus puede provocar altercados de «corte separatista«

Miércoles, 13 de mayo 2020, 10:29

Se llama orden 21/20 'Delta Papa', tiene 22 páginas y lleva en todas ellas estampado en rojo el sello de «confidencial». En ese documento del Mando de Operaciones del instituto armado se desgrana la que deberá ser la «Actuación de la Guardia Civil en ... el marco del Plan de Transición hacia una nueva normalidad'». Una vuelta a la 'nueva normalidad' que la cúpula de la institución espera bastante convulsa en el plano social, hasta el punto de que alerta a todas las comandancias y a los más altos responsables del cuerpo de que existe una «alta posibilidad» que la crisis del coronavirus desemboque en «movimientos de conflictividad social».

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En ese informe de este mes de mayo, el máximo responsable del Mando de Operaciones, el teniente general Fernando Santafé Soler, avisa a la institución de que los analistas no descartan que, de «manera puntual» aparezcan en las próximas semanas de desescalada «protestas o disturbios que alteren la tranquilidad social». En particular, la Guardia Civil destaca la posibilidad de que haya «actos de sabotaje contra infraestructuras críticas o edificios vinculados a los partidos políticos».

Los especialistas de la Guardia Civil, que insisten en que la desescalada podría alargarse «varios meses», no descartan una vuelta atrás si hay nuevos contagios e incluso que haya «rebrotes de la enfermedad con la llegada del invierno». «Ante esta situación, el cuerpo tiene que mantener la capacidad de aplicar diferentes medidas en función de las adoptadas en cada área geográfica, que puede no coincidir con las demarcaciones territoriales, así como de reaccionar con oportunidad y eficacia ante los posibles reajustes o rectificaciones de las medidas gubernamentales adoptadas», apunta el Mando de Operaciones.

Los analistas reconocen que «hasta el momento se ha constatado en la población» un «comportamiento generalizado de aceptación de las restricciones impuestas» por el estado de alarma, «siendo probable que ésta sea la tónica que siga a lo largo de todo el proceso hacia la nueva normalidad». Sin embargo, la Guardia Civil avisa de que no «se puede descartar» que no solo suban las «cifras de delincuencia tanto habitual como organizada, debido a la necesidad de ingresos de los delincuentes», sino que España se vaya a enfrentar en breve a una importante escalada en la conflictividad social con muchas vertientes diferentes.

Esas acciones de «protestas» e, incluso «sabotajes», insiste el instituto armado, puede tener varios focos. La Guardia Civil teme «protestas localizadas en aquellas zonas más deprimidas económicamente». También que haya problemas en «sectores de producción o servicios que se pueden considerar perjudicados por el mantenimiento de las restricciones y limitaciones». Los analistas prevén igualmente «alteraciones de orden público protagonizadas por afectados por ERTEs o despidos».

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Según el documento, tampoco es descartable en las próximas semanas o meses haya protestas graves en «aquellas áreas geográficas que se consideran marginadas por la aplicación asimétrica de las medidas de desconfinamiento». El Mando de Operaciones ve posible desórdenes provocados por el «incumplimiento de normas de conducta asociadas a la convivencia colectiva y medidas de autoprotección» por parte de algunos individuos. La Guardia Civil también apunta al riesgo de que «la prohibición por parte de la autoridad gobernativa de fiestas patronales» desemboque en altercados, como podría pasar también si el Ejecutivo no autoriza los movimientos en fines de semana o en períodos vacacionales.

La cúpula del cuerpo también muestra su temor a que aumente la conflictividad vecinal en algunas zonas vacacionales por el «aumento en las ocupaciones de vivienda de manera ilegal en zonas rurales poco habitadas o en municipios de menor entidad».

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Y es al final de ese análisis de posibles focos de disturbios donde el Mando de Operaciones, sin llegar a citar en ningún momento la crisis catalana, sí que señala que la actual situación de restricción de libertades podría derivar en algún momento en «protestas o alteraciones por motivaciones políticas o de corte separatista», incluyendo «actos de sabotaje contra infraestructuras críticas o edificios vinculados con partidos políticos».

El documento del alto mando de la Guardia Civil coincide en el tiempo con las primeras protestas ciudadanas contra el confinamiento, sobre todo en el centro de Madrid, donde las caceroladas contra el Gobierno están derivando en los últimos días en marchas no autoriadas por algunos barrios de la capital, particularmente en el distrito de Salamanca.

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