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Pueden contarse con los dedos de una mano las ocasiones en las que los senadores y diputados italianos dejan a un lado sus sempiternas disputas para acoger en pie y con un aplauso cerrado al jefe de un Estado extranjero. Felipe VI, que estaba ... acompañado por la reina Letizia, gozó este miércoles de ese privilegio antes de pronunciar un discurso ante los miembros del Parlamento italiano de manera conjunta, un evento que no se veía en la sede legislativa de Roma desde 2002 con e papa Juan Pablo II como protagonista. La invitación al monarca para que se dirigiera a los senadores y diputados, al igual que hizo el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, cuando visitó España en noviembre de 2021, fue la mejor representación de la estrecha relación que mantienen ambos países a pesar de que no cuenten con fronteras terrestres comunes y de que, hoy por hoy, sus respectivos Gobiernos se sitúan en las antípodas ideológicas. También afrontan riesgos similares: la conciencia de un pasado «que no puede ni debe repetirse, ni siquiera como caricatura» y el «peligroso deslizamiento hacia algo incierto y nada luminoso», según advirtió el monarca.
En un discurso que fue respondido en seis ocasiones con aplausos por parte de los parlamentarios italianos, Felipe VI celebró la profunda amistad entre estas naciones «hermanas» y agradeció a los italianos que hayan «aportado tanto a lo que somos», mostrando «cuán alto puede volar el ser humano». El rey se detuvo en especial en la figura de Mattarella, quien goza de un amplísimo respeto en la sociedad italiana, más allá de las diferencias políticas, gracias a su capacidad para erigirse en la figura de referencia cada vez que estalla una de las habituales crisis gubernamentales en el país. Agradeció tanto su «sensibilidad» y «amistad» hacia España como su «continua estima» y «constantes atenciones» hacia la familia real. Hablando en italiano, el monarca aseguró haber encontrado en el veterano presidente de la República «sabiduría, sentido común y consejos», confesando que está «honrado» de ser uno de los «muchos jefes de Estado» que encuentran en él «un punto de referencia».
Tras recordar que Italia y España representan una quinta parte del PIB europeo y casi una cuarta parte de la población de la UE, Felipe VI animó a las autoridades de ambas naciones a «ser conscientes de la importancia» que tiene seguir trabajando de la mano. «Podemos lograr que la voz de los países del sur de Europa, la voz del Mediterráneo, module la respuesta europea a tantos retos globales y el futuro del proyecto común», subrayó. También celebró la «firme dimensión euroatlántica» de ambas naciones como miembros «fiables y comprometidos de la OTAN», aunque reclamando un «compromiso» del resto de aliados con el flanco sur tan indiscutible como el que ofrecen Madrid y Roma con el flanco oriental. Otros puntos comunes de la política exterior entre los dos países destacados por el monarca fueron la posición ante la guerra en Ucrania y la apuesta por la solución de los dos Estados para el conflicto entre israelíes y palestinos.
Hubo palabras en recuerdo de las víctimas de la reciente DANA que devastó Valencia y otras zonas del sureste español tanto en la intervención de Mattarella, con quien el rey se reunió en el Palacio del Quirinal, sede de la Presidencia de la República, como en las de los presidentes del Senado y de la Cámara de los Diputados, Ignazio La Russa y Lorenzo Fontana, respectivamente. Mattarella destacó cómo ambos países están unidos por su «fragilidad» ante los efectos del cambio climático, por lo que invitó a «trabajar juntos» para lograr una transición energética «eficaz» que permita responder a este devastador fenómeno.
La buena sintonía entre ambas naciones quedó confirmada por la entrega de significativos reconocimientos a las autoridades italianas. A Mattarella el Gobierno, que está representado en el viaje por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, le entregó el Collar de la Gran Orden de Carlos III, mientras que a la primera ministra, Giorgia Meloni, con quien los reyes mantuvieron un almuerzo de trabajo, se le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Los monarcas aprovecharon su segundo día de visita de Estado a Italia para mantener además un encuentro con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, mientras que este jueves está previsto que se desplacen a Nápoles, donde Felipe VI recibirá el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Federico II.
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