Enrique Santiago, el primer secretario general del PCE que entra en el Gobierno

Santiago (Madrid, 1964), cuya familia política es de Lena, ha sido abogado en el proceso de paz de Colombia -un papel que le ha supuesto numerosas críticas por parte del PP- y, desde 2018, es el secretario general del PCE, un partido que sigue siendo la columna vertebral de IU, un proyecto a su juicio «transformador» que, pese a la pérdida de influencia, conserva su plena vigencia histórica a pesar de los cambios sociales experimentados en las últimas décadas.

Su elección tiene su significado y su simbolismo. De entrada, porque ni siquiera en la época de la Segunda República los comunistas españoles tuvieron en el Ejecutivo de coalición de izquierdas -cuando gobernaron juntas o durante el Frente Popular a partir de febrero de 1936- a su máximo representante sentado en el Consejo de Ministros.

Santiago es mano derecha de Pablo Iglesias y firme partidario del anclaje de Izquierda Unida y del PCE en la apuesta estratégica de Unidas Podemos -frente a la corriente mayoritaria de IU en Asturias- y en su coalición con el PSOE. Desde el primer momento del «Ejecutivo progresista», Santiago ha sido portavoz adjunto del grupo parlamentario. Su inclusión en la sala de máquinas del proyecto de Iglesias coincide este año con la celebración del centenario de la creación -el 14 de noviembre- del Partido Comunista de España.

La apuesta más relevante del PCE al inicio de la Transición fue su pleno compromiso con el proyecto de la Constitución española, que implicaba la aceptación de la Monarquía parlamentaria y de la bandera bicolor. Un realineamiento patrocinado en su día por Santiago Carrillo, que, paradójicamente, luego fue contemplado de forma crítica por algunos dirigentes de la Unión de Juventudes Comunistas en 2000, entre ellos Iglesias, que después fueron los protagonistas de la fundación de Podemos.

La llegada de Santiago al Ejecutivo se produce en un momento en que la candidata del PP a la Comunidad de Madrid y actual presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, ha planteado una fuerte dicotomía entre 'comunismo y libertad' a la hora de abordar los comicios del 4 de mayo.

El pasado mes de agosto, Enrique Santiago prestó a Pablo Iglesias e Irene Montero la casa que su familia política tiene en Felgueras (Lena). El entonces vicepresidente segundo y la ministra acudieron a pasar unos días de descanso junto a sus hijos, pero abandonaron la estancia ante la aparición de una serie de pintadas en la carretera de acceso al pueblo. Enrique Santiago se mostró entonces muy crítico con el «acoso sistemático de la ultraderecha» contra la familia de Iglesias y Montero, a su juicio, «nunca visto antes en España».