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Eduardo Chillida junto a Vicente Álvarez Areces en la inauguracíon del 'Elogio del Horizonte'. :: CITOULA
Elogio de la cultura como motor

Elogio de la cultura como motor

En Gijón su sombra es muy alargada y remite a la escultura de Chillida, la municipalización y rehabilitacíon del Teatro Jovellanos y la apuesta por los grandes conciertos La Laboral, el Niemeyer y el Jurásico fueron algunos de los proyectos de la era Areces

Viernes, 18 de enero 2019, 14:03

A Areces el amor al arte le dio algo más que un dolor de cabeza. Literal y figuradamente. Para la historia queda el guantazo que un propio le propinó en la inauguración del 'Elogio del horizonte', la escultura de Eduardo Chillida que fue criticada, odiada ... y vilipendianda y hoy es un símbolo, un icono, un lugar mágico a la vera del Cantábrico del que ya no solo nadie reniega si no todo lo contrario. Era alcalde de Gijón Tini en aquellos felices ochenta en los que la cultura empezaba a hacerse hueco cuando supo que un escultor vasco reconocidísimo en medio mundo buscaba enclave para una escultura de gran formato. Y lo vio claro, meridiano, evidente: el cerro de San Catalina, ese espacio ganado para la ciudad después de décadas en manos del Ejército, era el lugar perfecto. Se fue a San Sebastián, convenció a Chillida de que le diera una oportunidad, el donostiarra pisó Gijón y decidió que allí iba a colocar su 'Elogio'. En 1990 se inauguró y Tini se ganó el celebre puñetazo, que no fue el único de su vida política (en 2010 se llevó otro durante la llegada del Tren Negro).

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