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Alfonso Fernández Mañueco EFE
Mañueco rompe con Ciudadanos y convoca elecciones en Castilla y León para el 13 de febrero

Mañueco rompe con Ciudadanos y convoca elecciones en Castilla y León para el 13 de febrero

El presidente de la comunidad vecina remodela su Gobierno, del que salen los cuatro consejeros liberales, incluido el vicepresidente Francisco Igea, por «deslealtad y falta de confianza»

María Eugenia Alonso

Lunes, 20 de diciembre 2021

Castilla y León abrirá el nuevo ciclo electoral que arranca en 2022. Aunque la posibilidad de adelantar elecciones en la región llevaba meses sobrevolando al entorno del presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco decidió el pasado lunes pisar el acelerador y apretar el botón nuclear para el próximo 13 de febrero. Así lo ha anunciado en un tuit después de haber remodelado por sorpresa su Gobierno cesando a los cuatro consejeros de Ciudadanos, incluido su vicepresidente y portavoz Francisco Igea, por «deslealtad y falta de confianza». Un tuit que pilló al vicepresidente en una tertulia radiofónica.

Además y según ha informado la Junta a través de un comunicado, Mañueco ha procedido a un único nombramiento, el del procurador del PP, Alejandro Vázquez Ramos, que será el nuevo consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, tras el cese de Verónica Casado. El resto de consejerías se repartirán entre los miembros de su Ejecutivo y la portavocía será ejercida a partir de ahora por el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo.

«Me hubiera gustado agotar la legislatura pero esta situación es insostenible», afirmó durante su comparecencia el presidente de la Junta de Castilla y León, que justificó la decisión ante «un riesgo cierto inminente» de una nueva moción de censura -en marzo se abría el plazo para presentar otra tras el fracaso de la de marzo pasado- y por la «deslealtad» de su socio de Gobierno tras constatar que estaba negociando a sus «espaldas» con el partido Por Ávila enmiendas por 35 millones de euros a los Presupuestos de 2022. «El chantaje de apoyos por privilegios puede funcionar con Pedro Sánchez -dijo el presidente regional-, pero no conmigo».

Conforme establece el artículo 37 de la Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Castilla y León, el presidente ha firmado este lunes el Decreto de disolución de las Cortes de Castilla y León. En él se establece como fecha de celebración de los comicios el 13 de febrero, previa celebración de la campaña electoral de quince días, además de la sesión constitutiva de las Cortes de Castilla y León, que se establece para el 10 de marzo.

De ganar los comicios como anticipan los sondeos que manejan en el PP, Mañueco tendrá una legislatura completa y no tendrá que volver a las urnas en 2023 como sí le ocurrirá a Isabel Díaz Ayuso en Madrid. El estatuto autonómico de Castilla y León así lo establece.

Igea: «No es un hombre de bien»

El ya exvicepresidente del Gobierno regional se ha enterado de su cese en directo mientras realizaba una entrevista en Onda Cero, tras lo cual, ha señalado que «quien hace eso no es un hombre de bien». «En público y en privado me ha dicho que no convocaría. A mi me dio su palabra personalmente», ha asegurado.

Igea ha desmentido que el presidente de la Junta haya convocado reunión alguna a la que estuviesen invitados los consejeros de Ciudadanos porque «no hemos sido convocados». «Nadie puede dudar de nuestra lealtad dentro del Gobierno, pero quién pone a su comunidad en riesgo en este momento, solo puedo decir que es una irresponsabilidad», ha zanjado.

En cuanto a las posibles razones de este adelanto, el líder de Ciudadanos en Castilla y León ha apuntado a que Mañueco y su equipo «estaban esperando al resultado de alguna encuesta».

«Traición»

Inés Arrimadas habló con el mandatario autonómico el domingo y le volvió a negar la posibilidad de poner las urnas. «Hablamos de sacar los Presupuestos esta semana y de la Conferencia de Presidentes», dijo el lunes la líder naranja. Fernández Mañueco había asegurado reiteradamente que solo la falta de «estabilidad» podría conllevar una decisión de estas características, que llega después de un primer aviso en septiembre, cuando el PP rechazó el plan sanitario estrella de Ciudadanos. Entonces la crisis se saldó sin más consecuencias pero abrió un panorama de incertidumbre y de precampaña.

Fuentes de la dirección naranja aseguran que durante su conversación Arrimadas y Mañueco coincidieron en que no cabía precipitar las elecciones en ningún escenario, menos ahora con la sexta ola de coronavirus desbocada, e incluso el presidente castellano y leonés llegó a plantear la opción de gobernar con el actual presupuesto prorrogado si no se aprobaban este jueves las cuentas regionales.

En Ciudadanos hablan de «traición», pero también la atribuyen a las «presiones» de la dirección nacional del PP, a la que sitúan en el epicentro de todos sus males. En el entorno de Arrimadas apuntan que habían conseguido desactivar el empuje de Génova para que se anticipasen las elecciones en Andalucía y que confiaban en espantar también ese fantasma en Castilla y León. Sin embargo, no ha podido ser. «Fernández Mañueco ha doblado la espalda y la rodilla ante Génova», lamentó la líder liberal, que acusó a Pablo Casado de presionar a su barón territorial para tapar su crisis interna por la pugna con Isabel Díaz Ayuso.

El presidente del PP evitó responder a estos dardos y se limitó a mostrar su respaldo al presidente castellano y leonés, que ha hecho «todo lo posible», en su opinión, para mantener la estabilidad del Ejecutivo. Según explicó, había «indicios» de que los socialistas buscaba apoyos para presentar otra moción de censura como la de marzo pasado, y en Génova existía el temor a que alguno de los once procuradores de Ciudadanos cambiase de chaqueta para asegurarse un asiento en el nuevo Gobierno. «También lo negaban para Murcia», respondió Casado sobre el desmentido de la formación liberal.

Presión para Sánchez

En aquella ocasión, la presidenta madrileña, ante la posibilidad de que se presentara en su comunidad otra moción, decidió convocar elecciones, que se celebraron el 4 de mayo con una victoria arrolladora de Díaz Ayuso, e impulsó de nuevo al PP en todos los sondeos. Desde entonces en Génova acarician la idea de que los adelantos en Andalucía -Juanma Moreno ha hablado ya de junio u octubre- y Castilla y León, con previsibles victorias del PP, sirvan para meter presión a Pedro Sánchez y despejar el camino de Casado a la Moncloa.

En estas dos comunidades las encuestas también anticipan un buen resultado a los conservadores, sobre todo por la desaparición de Ciudadanos. Pero también recogen la subida de la formación de Santiago Abascal, con la que previsiblemente el PP tendrá que negociar en ambos territorios si quiere revalidar sus gobiernos autonómicos. Serán el laboratorio de pruebas de las relaciones con Vox de cara a la gobernabilidad de España.

El último sondeo de Metroscopia le da a la formación ultraderechista entre diez y once escaños en Castilla León, cuando ahora sólo sienta a un procurador en las Cortes autonómicas. El Centro de Estudios Andaluces apunta también a una subida de los de Abascal en esa región, que pasaría de los doce escaños actuales a obtener entre trece y quince diputados regionales.

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