La división interna en Ciudadanos aumenta tras la destitución de su portavoz en la Junta General

La decisión cuenta con el aval del Comité Permanente del partido, órgano nacional encargado de la gestión ordinaria de la formación naranja bajo las directrices del Comité Ejecutivo, del que forma parte el portavoz autonómico, Nacho Cuesta. El secretario de Organización en Asturias y diputado, Sergio García, señaló no obstante que la decisión responde a una «reorganización de las estructuras orgánicas e institucionales» que se deriva de la asamblea en la que Inés Arrimadas se hizo con la presidencia del partido. «Es un cambio que está solo vinculado a la gestión».

La formación naranja acumula desde las pasadas elecciones autonómicas una larga lista de desavenencias que comenzó con la renuncia de Juan Vázquez a su acta de diputado. Fue entonces cuando Laura Pérez Macho se vio aupada al puesto de portavoz parlamentaria en un momento en el que su partido contaba con unos excelentes resultados nacionales. La debacle del 10 de noviembre en las generales se llevó por delante a su entonces presidente, Albert Rivera, y lo hizo además en un momento en el que Ciudadanos negociaba su apoyo a los presupuestos en Asturias.

El episodio de las cuentas regionales, con un mandato desde Madrid de oponerse cuando estaba negociada una abstención que permitía la aprobación, dejó una nueva renuncia a ocupar un escaño en la Junta, la de Ana Coto, y lo que se interpretó dentro y fuera del partido como una desautorización de la dirección nacional interina a la entonces portavoz en la Junta.

El cese de Ignacio Prendes como portavoz autonómico y la designación de Nacho Cuesta no contribuyó a mejorar la relación entre partido y grupo parlamentario. Desde que el teniente de alcalde de Oviedo llegase al máximo puesto de responsabilidad orgánica en la formación naranja en Asturias se ha desatado una lucha soterrada por el protagonismo público, señalan fuentes de la formación, que culmina ahora con la destitución de Laura Pérez Macho y la designación de Susana Fernández, afín a Cuesta.

La nueva crisis de Ciudadanos vuelve a poner de manifiesto la lucha entre las distintas sensibilidades que se aglutinan en la formación naranja y lo hace a pocas semanas de que comiencen a negociarse las nuevas cuentas regionales. La llegada de Nacho Cuesta fue interpretada como un giro a la derecha que chocaba con los planteamientos de quienes veían más beneficioso y útil para el futuro del partido posiciones más centristas y de acercamiento al PSOE. Los dirigentes cercanos a Cuesta, que gobierna en Oviedo junto al PP, siempre se han mostrado reticentes a estos postulados, llegando incluso a negar la posibilidad de pactar con los socialistas en Asturias si defendían las posiciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Un planteamiento matizado después.

La llegada de Inés Arrimadas a la presidencia del partido dejó en cambio un viraje de la formación naranja, que se muestra ahora favorable a llegar a acuerdos con los socialistas en un momento de máxima preocupación por la situación creada por la pandemia. El cese de Laura Pérez Macho se interpreta ahora dentro de sectores del partido como un nuevo viraje que además no concuerda con la línea que sigue la formación en el ámbito nacional.