ANA MORIYÓN
OVIEDO.
Lunes, 7 de mayo 2018, 03:40
Las declaraciones realizadas por el coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, en una entrevista a EL COMERCIO publicada ayer, arremetiendo contra la figura de Gaspar Llamazares y calificando de «minoritarias» las críticas en torno a su propuesta para reorganizar la coalición, no han hecho ... más que caldear el ambiente en Asturias. Garzón, que en su documento habla de iniciar el «proceso de desaparición de las personalidades jurídicas de las federaciones», insiste en que en ningún momento está en peligro la autonomía de estas agrupaciones. Reprocha por ello que se haya hecho esta lectura y atribuye a una interpretación «interesada» y con «conclusiones falsas» que se haya visto en su planteamiento una maniobra para disolverse en Podemos.
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Sus palabras no han hecho más que echar leña al fuego que arde desde que se hiciera público el polémico documento, contra el que unos 400 militantes ya se han posicionado a través de la firma de un manifiesto que han suscrito numerosos cargos públicos y dirigentes asturianos. Quizá por eso, el propio coordinador regional, Ramón Argüelles, quiso salir ayer al paso para tratar de templar los ánimos y hacer una llamada a la «tranquilidad» garantizando la continuidad de IU Asturias, pero defendiendo la necesidad de mantener una «buena relación» con la federal.
Está por ver si se consigue porque el malestar que se palpa en Asturias, con una mayoría de la organización contraria a los planes de reestructuración y temerosa de una posible disolución en Podemos, en absoluto se ha mitigado tras la entrevista del dirigente nacional, especialmente duro con la figura de Llamazares. Todo lo contrario.
E l propio portavoz del grupo parlamentario en la Junta lamentó que Garzón trate de «personalizar un debate político» para rehuir la cuestión de fondo, si bien por su parte evitó entrar en «descalificaciones personales, tan propias de la postpolítica y la postizquierda». En su apoyo sí quiso salir el también diputado Ovidio Zapico, quien pidió al líder nacional que «mida un poco lo que dice» antes de acusar a un compañero de deslealtad. «Garzón no apareció en el último órgano federal en el que se iba a debatir el documento», apostilló, en referencia a los reproches realizados por el coordinador general por las ausencias de Gaspar Llamazares en los órganos del partido.
Ambos diputados mostraron serias dudas sobre el compromiso de la dirección nacional de respetar la autonomía de las federaciones históricas. «Sé leer documentos y lo que se pretende es centralizar y diluir IU, como movimiento sin estructura, para luego hacer más fácil su integración en listas conjuntas con Podemos», mantiene Llamazares ante las acusaciones del dirigente nacional de «interpretaciones interesadas» de su propuesta. Es más, el diputado asturiano retó a Garzón a que responda directamente si con su planteamiento centralizador «va a poder ir IU a las próximas elecciones» para representar al electorado que, en su opinión, «quedó huérfano en las últimas generales» con la coalición Unidos Podemos o, de lo contrario, se volverán a perder esos votos con una nueva coalición.
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Desde IU Asturias no parecen dar crédito a que el coordinador federal no se haya dado por enterado del rechazo que ha generado su propuesta tanto en la federación asturiana como en la andaluza, precisamente las más potentes y de mayor implantación territorial, y que achaque las voces críticas a una minoría. «Yo leo los periódicos y sé lo que ha dicho incluso su Andalucía», anotó Llamazares, en referencia a las palabra del líder regional, Antonio Maíllo, asegurando que su federación no va a renunciar a su personalidad jurídica, en su caso lograda hace 36 años, dos antes que la federal. El silencio de los máximos dirigentes de las federaciones en la última reunión celebrada en Madrid se debe, plantean, a la falta de competencia por parte de la dirección nacional para realizar este tipo de reformas.
También Ovidio Zapico exigió un mayor respeto para la federación asturiana que, anotó, ha sabido mantener un importante peso en las instituciones «sin perder la perspectiva de movimiento social», manteniendo el contacto con la calle y participando en todas las luchas sociales, con una «relación maravillosa» con los sindicatos de clase.
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Entiende el diputado que tanto IU Asturias como sus planteamientos en relación al futuro de la coalición merecen un «plus de respeto» y pidió a Garzón que no compare la «proyección» de la federación asturiana con otras claramente con menor influencia política. «IU no puede perder su esencia, no puede dejar de ser una federación de federaciones», resolvió el diputado autonómico, quien recordó también que dentro de la política de convergencia de IU existen muchos más mecanismos que la confluencia electoral y exigió abrir un debate al respecto. Máxime en Asturias donde, recordó, la experiencia del pacto electoral con Podemos fue «nefasta» por lo «mal que nos trataron» y la herida está demasiado reciente como para plantear una nueva coalición con la formación morada.
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