ANA MORIYÓN
OVIEDO.
Lunes, 24 de septiembre 2018, 04:02
Podemos no atraviesa su mejor momento. Su evolución y la de sus aliados catalanes, la polémica en relación al chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero e, incluso, el permiso por parternidad de ambos dejando descabezada a la formación han perjudicado a un partido que, además, se ha visto golpeado por los nuevos aires que ha supuesto el regreso de Pedro Sánchez al PSOE y su llegada a la Moncloa.
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Todo ello ha tenido reflejo en la organización asturiana que, a su vez, padece sus propios problemas estratégicos. Podemos Asturias, hasta ahora azote del Gobierno socialista, sigue sin encontrar su sitio tras la llegada de una nueva Federación Socialista Asturiana que promete cambios en su política, y tampoco supera los enfrentamientos internos que saltaron a la luz a finales del año pasado durante el proceso de primarias para la elección del secretario general. Una crisis en la que quedó evidenciado un grupo parlamentario totalmente fracturado, así como importantes diferencias internas en relación a las negociaciones abiertas con el PSOE, su posible alianza con IU, el peso de los denominados círculos, la importancia que debía darse a la red municipal e, incluso, el papel ofrecido a las mujeres en una organización que presume de feminista.
Tras tres años de andadura e irrumpir en el Parlamento asturiano con nueve diputados (tercera fuerza política), la formación morada atraviesa ahora sus peores momentos y las horas bajas empiezan a pasarle factura. En solo unos meses han dimitido de sus responsabilidades o anunciado su decisión de abandonar la primera línea de cara a la próxima legislatura cinco de sus primeros espadas: tres con cargo institucional y dos con importantes responsabilidades orgánicas.
El primero en dar un paso atrás, para sorpresa de sus compañeros y simpatizantes de partido, fue Emilio León. El pasado mes de julio el entonces portavoz en la Junta confirmó su intención de renunciar a esta responsabilidad, manteniendo su acta de diputado y su compromiso con el partido, pero sin aclarar sus planes para la próxima legislatura. Su decisión cayó como un jarro de agua fría dentro de la organización porque León estaba llamado a ser cabeza de lista en las próximas elecciones y su marcha atrás limita la visibilidad que todo candidato estaría interesado en mantener. No obstante, nadie se atreve a descartar que pueda serlo finalmente. Él aún no lo ha hecho. Se limitó a explicar que se trataba de una «decisión personal sin connotaciones políticas», pero personas cercanas a él aseguran que su paso atrás obedece a discrepancias políticas con la dirección que encabeza Daniel Ripa e, incluso, a diferencias en relación a la composición inicial de la lista oficial que él mismo iba a encabezar.
Desde su dimisión se ocupa de la portavocía del grupo parlamentario Enrique López, otro de los pesos pesados del partido, quien, sin embargo, ya ha anunciado que no formará parte de la lista con la que Podemos concurrirá en las próximas elecciones autonómicas. Esto es, no aspirará a repetir como diputado. Una decisión que comparte con Héctor Piernavieja, quien llegó a pugnar con Daniel Ripa el cargo de secretario general el pasado mes de diciembre y que lidera el trío de parlamentarios críticos con la dirección del partido.
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A estas tres bajas hay que sumar otros dos ceses de importantes dirigentes internos. El ya exsecretario de Organización, Xuacu Rodríguez, quién renunció a su cargo como número dos del partido alegando inicialmente «motivos laborales», pero reconociendo más tarde la necesidad de «oxigenar» la formación y dejar paso a «nuevos perfiles» más acordes con la nueva realidad a la que debe enfrentarse la organización. Rodríguez se mantiene como miembro del Consejo Ciudadano de Asturias y niega de forma taxativa que haya diferencias o discrepancias con la dirección. Puso incluso su reincorporación al mundo laboral como un ejemplo a seguir para el resto de las formaciones que optan por «profesionalizar» a sus dirigentes en política.
También ha decidido dimitir de sus funciones orgánicas en Podemos Asturias como responsable de Municipalismo, y regresar a su profesión, Lluismi Orviz. Este, sin embargo, no ha ocultado en varios foros que tomó la decisión por desavenencias con la estrategia política del equipo de Ripa. Orviz ha sido crítico tanto por la escasa atención que, entiende, se ha dado a la red municipal, como por el limitado papel que se ha ofrecido a la mujer dentro de la organización. Ha reprochado el «sucursalismo» que se ha mantenido con la dirección nacional y la estrategia política llevada a cabo en relación con la nueva Federación Socialista Asturiana. Fuentes acreditadas vinculan su marcha a la decisión adoptada por Emilio León, con quien comparte posiciones.
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