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Aunque pocas, en la concentración de Madrid también ondearon algunas banderas asturianas. I. MARTÍNEZ
El debate sobre la crisis demográfica, en plena la campaña asturiana

El debate sobre la crisis demográfica, en plena la campaña asturiana

Los partidos compiten en la presentación de planes y alternativas para frenar la sangría poblacional y multiplican sus actos en las comarcas rurales

ANDRÉS SUÁREZ

OVIEDO.

Lunes, 1 de abril 2019, 05:07

El grito desgarrador de la España interior que se vacía comienza a escucharse, por fin, en los despachos de las grandes urbes donde se toman las decisiones políticas. Será por la cercanía de la doble convocatoria electoral que viene, será porque la situación de declive demográfico en algunos territorios comienza a ser realmente desesperada, pero lo cierto es que el debate en torno a la búsqueda de soluciones a un problema que se agrava gana protagonismo en este agitado clima de precampaña. Así sucede en el plano nacional y también en Asturias, una de las comunidades más castigadas por la pérdida de población y su concentración en torno a las grandes ciudades. Los partidos compiten en la presentación de planes y alternativas y en el reproche al contrario por la inacción de sus líderes, y multiplican sus actos en las comarcas rurales donde sus habitantes, cansados de promesas y promesas, esperan ahora soluciones.

El impacto de la despoblación tiene muchas vertientes. Las hay sociales, con territorios cada vez más envejecidos y sin relevo generacional. También ambientales, toda vez que la ausencia de habitantes deja los montes sin el necesario cuidado y el riesgo de incendios se dispara. Y políticas. Asturias reparte únicamente siete diputados en las elecciones generales del próximo día 28, frente a los ocho de los anteriores comicios. La sangría demográfica impacta en todos los frentes.

Sea por convencimiento o por interés, los partidos empiezan a maniobrar y plantear alternativas. Hay que tener en cuenta que en un escenario político muy fragmentado, la importancia de cada escaño, tanto en la Junta como en el Congreso, se multiplica a la hora de pensar en articular mayorías que permitan formar gobierno. Con tantos partidos en liza cada voto cuenta más que nunca y los dirigentes no se preocupan únicamente de las grandes ciudades donde se reparten más diputados, sino que pisan como nunca hasta ahora los pueblos y el entorno rural en una pelea por cada papeleta.

La importancia de combatir la despoblación impregna todos los discursos. «Trabajamos para llenar de oportunidades la España interior», dijo ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Le acompañó en el mensaje el secretario general de la Federación Socialista Asturiana y candidato al Principado, Adrián Barbón, que identificó el declive demográfico como «la gran amenaza» para España y para Asturias, y que presumió de que son los socialistas los únicos que, desde el Gobierno, han puesto en marcha una estrategia nacional orientada a afrontar este desafío. Otros, objetó en relación a los partidos de la derecha, proponen recortes fiscales que obligan a «cerrar escuelas rurales y consultorios médicos».

Hay recetas contra la despoblación a izquierda y derecha. En el primer caso, la candidata autonómica de IU, Ángela Vallina, defiende como clave la apuesta por los servicios básicos. En el segundo, el aspirante de Ciudadanos a la Moncloa, Albert Rivera, esbozó el pasado viernes en Oviedo las grandes líneas de un plan demográfico que incluye rebajas fiscales a los habitantes del medio rural. La número uno del PP, Teresa Mallada, estuvo ayer en Belmonte para apoyar la inclusión de la raza equina de la montaña asturiana en el catálogo de razas de ganado de España. Y la candidata de Foro al Principado, Carmen Moriyón, llamó a combinar las políticas autonómicas y municipales para «parar la sangría demográfica».

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