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El cambio de contrato de una asesora del grupo de Foro en la Junta General del Principado sigue avivando el fuego cruzado entre la expresidenta del partido, Cristina Coto, y sus dos compañeros del grupo parlamentario, los diputados Pedro Leal y Carmen Fernández. ... Coto, que el viernes anunció su dimisión como líder de Foro y portavoz en el Parlamento asturiano, asegura que está dispuesta a llevarse todos los golpes en el ring político, pero no está dispuesta a dejar pasar que se ponga en duda su actuación para mejorar las condiciones laborales de esta trabajadora, pese a no tener el respaldo de su partido. «Tengo todas las decisiones tomadas y la conciencia tranquila», afirma Coto respecto a su futuro más inmediato. Pero ahora quiere detenerse en aclarar el embrollo formado alrededor de los contratos realizados a esta trabajadora, de la máxima confianza de la expresidenta.
Un conflicto que va más allá de las cuestiones laborales y que pone en evidencia las tensiones existentes en el seno del partido. Sobre todo, entre Coto y el secretario general, Francisco Álvarez-Cascos, a quien la diputada culpa de la situación actual. Defiende que el fundador de Foro se negó a convertir el contrato de media jornada en completa (tras la marcha de otro empleado del grupo parlamentario que también trabajaba a tiempo parcial). «Siempre me pareció injusta su situación porque, en realidad, trabajaba durante la jornada entera y no llegaba a 1.500 euros netos al mes; mientras que la otra asesora cobra casi 3.000 porque su contrato se ajusta a las horas que trabaja», explica Coto. «La directiva me pedía mantener algo que era ilegal», añade.
Pese a la negativa de Cascos, el pasado 25 de mayo, la expresidenta presentó un escrito ante la Junta General para modificar el contrato de la asesora. Se da la circunstancia de que la trabajadora estaba, además, contratada por Foro para realizar otros trabajos en el partido, aparte de los que ya realizaba en el grupo parlamentario, por los que cobraba alrededor de 600 euros, según la diputada. Esto también fue idea de Coto para mejorar las condiciones de esta persona y contó con la aprobación de Cascos. El problema vino después, aunque las versiones de la exlíder y Leal son radicalmente diferentes. Coto señala que avisó a la otra empleada para que diera de baja este contrato adicional con el partido y así la asesora pudiera cobrar todos los complementos, incluido el de exclusividad.
«No me imaginaba que no iba a cumplir esa orden», señala, ya que, a continuación, fue nuevamente dada de alta. Por su parte, Leal niega que se produjera esa indicación. «Eso no es cierto. Además, la asesora económica no tiene facultades para efectuar la baja. Quien firma los contratos soy yo. Me parece indigno culpar a otra trabajadora», subraya. Ante la irregularidad que supone el cobro del complemento de exclusividad con un segundo trabajo, los servicios jurídicos de la Junta General alertaron de un posible apercibimiento a la trabajadora, a la que finalmente cesó la propia Coto, después de que la comisión directiva no la respaldara, para evitar males mayores.
Asimismo, Leal niega que el partido le pidiera a la antigua líder actuar en contra del ordenamiento jurídico y señala que Coto «ocultó deliberadamente» que la asesora tenía un segundo contrato con Foro. «La autonomía no puede confundirse con la facultad personal de convertir la asesoría de un grupo parlamentario pequeño en el gabinete particular de la portavoz», subraya Leal en respuesta a las críticas de Coto por la falta de libertad de maniobra en el partido. Precisamente, la comisión directiva nombrará mañana a Leal presidente del partido, mientras que Fernández asumirá la portavocía en la Junta.
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