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Lorena Gil, diputada de Podemos, en la noche electoral de las autonómicas de 2019. JOAQUÍN PAÑEDA
La crisis en Podemos se agudiza con la renuncia de la diputada Lorena Gil

La crisis en Podemos se agudiza con la renuncia de la diputada Lorena Gil

Jara Cosculluela, quien fuera de número cinco en la lista que encabezó Gil en 2019, se convertirá en la nueva diputada en el parlamento asturiano

Viernes, 20 de noviembre 2020, 00:53

La portavoz de Podemos en la Junta, y cabeza de lista en 2019, Lorena Gil, comunicó ayer su renuncia al acta de diputada para reincorporarse a su puesto de trabajo. A través de un comunicado, Gil aseguró que «la decisión es fruto de una profunda reflexión personal y política».

Esta era la segunda legislatura de la diputada pero la primera que lo hacía encabezando la lista de la formación morada. En noviembre de 2018 se había impuesto con un 78% de los votos a la candidatura alternativa, 'Agora Dende Abaxu', encabezada por Héctor Gómez, y que se tuvo que conformar con el 22% de las papeletas. En la misiva de ayer donde anuncia su decisión, Lorena Gil subraya que su renuncia «ha sido una decisión muy difícil, por muchas razones, especialmente porque lo último que querría es defraudar la confianza y las expectativas de quienes me avalaron con su apoyo y han estado empujando todo este tiempo». En este sentido, la diputada justifica que «la misma honestidad y coherencia con las que he intentado realizar mi trabajo, y que considero fundamentales en la política como en la vida, son las máximas que me llevan a tomar esta determinación».

Antes de su salto a la primera línea política, Lorena Gil había trabajado durante más de diez años en Luxemburgo y España en una multinacional, en la que actualmente se halla en situación de excedencia laboral, y donde ahora procedería a reincorporarse. Su año y medio en la portavocía parlamentaria -los últimos meses de baja por enfermedad- han estado protagonizados por las peleas internas en el grupo parlamentario. Aunque las aguas ya venían revueltas, la debacle electoral en los últimos comicios autonómicos, cuando Podemos pasó de 9 a 4 diputados, no hizo sino ahondar las discrepancias existentes en la formación morada. Ya por entonces, en aquella legislatura 2015-2019, y donde Lorena Gil ejercía de coportavoz, la ruptura era evidente. Tres de aquellos nueve diputados, liderados por Héctor Piernavieja, mostraron sus desacuerdos con el aparato y rompieron las relaciones con el sector oficial.

En la composición actual del grupo parlamentario, y ya con cuatro diputados, no parece que la cosa pinte muy distinta. De hecho, con la renuncia de Lorena Gil y la entrada de Jara Cosculluela en su lugar, podría equilibrarse el nivel de fuerzas. La nueva diputada, que era quinta en la papeleta de 2019, es afín al sector de Daniel Ripa, secretario general de la formación y que ha venido ejerciendo de portavoz en la Junta ante la ausencia de Lorena Gil. De hecho, fuentes del sector crítico apuntan a que «llevan presionando a Lorena Gil para irse desde que Cosculluela dejó la secretaría de organización».

Si en uno de los bloques se situaría Ripa y Cosculluela, en el otro estarían Rafael Palacios y Nuria Rodríguez. Las primeras grietas en el actual grupo se dejaron ver con las declaraciones de Rafael Palacios apoyando sin tapujos la unidad de la izquierda en Asturias. Su discurso se salió de la línea oficial y no gustó a la cúpula. El mismo Rafael Palacios reconocía en una entrevista concedida hace unas semanas a EL COMERCIO que «la dirección de Podemos Asturias quiere silenciarme y señalarme como disidente». El choque más reciente fue a costa de la reforma del estatuto, anunciada por Daniel Ripa y que molestó al sector crítico por «no haber respetado las negociaciones discretas». Su compañera Nuria Rodríguez también presentó su dimisión, días previos a la celebración del debate del estado de la región, como miembro del Consejo Ciudadanos (CCA) tras la negativa de la dirección del partido a que fuera ella quien asumirá la portavocía durante dicho debate. Tras el choque, tanto Rafa Palacios como Nuria Rodríguez decidieron no participar en el mismo evidenciando una imagen de soledad de Daniel Ripa en el hemiciclo. En la carta remitida ayer por Lorena Gil no evita, aunque sin dar nombres, criticar la situación que se está viviendo en el grupo parlamentario: «Cada vez son más los obstáculos para garantizar un trabajo político a la altura de los principios que, a mi juicio, exige ese compromiso, y ha llegado el momento de asumir que no me es posible dar un paso más sin correr el riesgo de empezar a quebrantarlo».

Lorena Gil es la tercera candidata que abandona la Junta en esta legislatura. Antes lo hicieron Carmen Moriyón (Foro) y Juan Vázquez (Ciudadanos).

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